">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2017/12/Lecturas-4-e1512121165128.jpg"> El cuerpo hace suyo lo que come; el espíritu, en cambio, toma forma según lo que lo alimenta. -Juan Luis Lorda- Recuerdo a aquel alumno, muy inteligente, de Bachillerato. Tenía cierta propensión a la contestación y rebeldía. Llevado por esta inclinación natural suya, comenzó a leer con interés a ciertos autores con una visión deformada y pesimista del ser humano. Y como no tenía conocimientos suficientes para interpretar lo que leía, aquello provocó un vuelco total en su interior: ?Mira, profe, no me vengas con monsergas; para mí la mayoría de las personas me inspiran repulsión. Nada tiene sentido. Lo que había leído le había helado totalmente el alma, cosa que puede ocurrirle a cualquiera y no solo por leer libros; hay muchísima información en Internet que su consumo puede acarrear consecuencias muy negativas. Pero también, gracias a Dios, hay libros y material de lectura en Internet muy buenos y positivos. ¿Entonces? Pues es claro: hay que elegir. Pero, ¿con qué criterio? Nos orienta Sócrates: Solo es útil el conocimiento que nos hace mejores. Conviene leer los autores cuyo nombre es ya conocido y respetado, y preguntar a quien lea habitualmente para que nos recomiende buenos libros o reseñas en Internet. Esquemáticamente, un buen libro, una buena lectura nos debe ayudar a encontrar respuesta a las preguntas que todos nos hacemos sobre el sentido de la vida o sobre otros aspectos que estamos interesados; una buena lectura nos debe aportar criterios morales y éticos que guíen nuestra conducta; un buen libro nos tiene que hacer reflexivos si alimenta la inteligencia al ponernos en comunicación con una multitud de personas que tienen algo que decir. Una buena lectura nos tiene que ayudar también a profundizar en la vida. No es indiferente ser lector o no. El disfrute de la vida pasa necesariamente por apreciar la lectura. Mucha gente dice no tener tiempo para leer, pero luego pierde dos o tres horas diarias ante el televisor o Internet. Excusas fáciles; la verdad es que los no aficionados a la lectura lo que necesitan es cambiar de actitud. Por ello, el modo de servirse inteligentemente de la televisión o Internet, es seleccionar previamente y ser fiel a unos pocos y buenos programas, y dedicar también un tipo fijado. En definitiva, la lectura nos ayuda a crecer, aunque al principio cueste un esfuerzo, como es natural, porque el conocimiento de las cosas y la cultura no se consiguen de repente. Para llegar a tener un pensamiento profundo y unos valores claros, es preciso dedicar a ello tiempo y esfuerzo. Porque, como dice J.L. Lorda: el espíritu toma forma según lo que lo alimenta.