">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2019/02/Una-piedra-en-el-camino-2-e1550151464925.jpg"> En un universo bastante absurdo, hay algo que no lo es: lo que podemos hacer por los demás. -André Malraux- Cuentan que un rey organizó una gran carrera en su reino. Todos los jóvenes tomaron parte en ella buscando el premio: una bolsa de oro. La meta se situó en el patio del palacio real. En el trayecto, los corredores se sorprendieron al encontrar un gran montón de rocas y piedras en medio de la calzada que conducía al palacio. Cada uno sorteó el obstáculo como pudo y, poco a poco, todos llegaron a la meta. Todos, menos uno. El rey decidió dejar abierta la carrera hasta que llegase el que faltaba. Al cabo de un rato, el último corredor atravesó la puerta del patio y, alzando sus manos ensangrentadas, dijo: —Majestad, siento haber tardado tanto, pero me encontré con un gran montón de rocas y piedras en medio del camino y me llevó un buen rato apartarlas. En el esfuerzo, me herí las manos. Pero, oh rey, ?dijo levantando una mano? debajo del montón de rocas y piedras hallé esta bolsa llena de oro.  El rey respondió: Tú has ganado la carrera, porque quien mejor corre es aquel que hace el camino más seguro para quienes lo siguen. Así es la vida: tenemos posibilidad de elección. Podemos vivir en el pasado y ser desgraciados e infelices, o podemos recomponer nuestro ánimo y avanzar en la vida facilitando el camino a los que nos siguen o seguirán. Hay que elegir centrarnos en el futuro y motivarnos para encontrar energía y capacitación que nos posibiliten apartar tantas «rocas» como entorpecen nuestro progreso. Si alguna vez nos sorprendemos reviviendo experiencias negativas pasadas, debemos tomar la decisión de librarnos de los lazos que nos atan al pasado. ¿Dónde estaríamos hoy, como especie humana, si las brillantes mentes que realizaron —y realizan— tantos y tantos descubrimientos, se hubiesen dedicado a mirar hacia atrás en vez de imaginar crecimiento y nuevos horizontes?         Hoy es un buen día para iniciar, o continuar, el avance hacia un futuro mejor; centrar la meta y mirar hacia adelante en busca de nuevos horizontes abriendo nuestra visión a nuevas posibilidades, a una vida en abundancia, porque para llegar a la meta hay que evitar caminar a ninguna parte como barco sin timón. Hay que marcar la ruta a los que vendrán, mirando hacia adelante, con el calzado adecuado, en busca de nuevos horizontes, mientras andamos el camino más seguro.