">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2014/06/el-abrazo-de-las-tres-religiones-ante-el-muro-de-jerusalen.jpg">"Cultura del encuentro" es una expresión que repite constantemente Francisco, una idea que vive personalmente y que se refleja claramente en una de las respuestas de la entrevista emitida en Cuatro: "Hice una grabación para la inauguración [del Mundial] porque hay que aprovechar un acontecimiento lúdico para crear cultura de encuentro, de fraternidad". El papa es un hombre que busca a los demás; así se ve en los temas de algunas de las preguntas de la entrevista: el encuentro de oración por la paz en Medio Oriente, el diálogo interreligioso con el judaísmo y el islamismo, o la relación entre la fe y la ciencia. En mi opinión, esta forma de comportarse radica en una convicción del papa: es una riqueza para la Iglesia y para el mundo encontrarse con “modos de ver” diferentes al propio. Así lo hace notar Francisco cuando habla en la entrevista sobre la globalización y la economía mundial: “Una globalización que enriquezca es como un poliedro, todos unidos pero cada cual conservando su particularidad, su riqueza, su identidad”. Por otra parte, el papa opone a esta cultura del encuentro lo que él llama la “cultura del descarte”, expresión que ha utilizado ya en otras ocasiones (JMJ de Río, rueda de prensa de regreso), y que siempre aplica a dos conjuntos: jóvenes y ancianos. El papa, por eso, busca superar esta cultura del descarte con un pensamiento "inclusivista". De este modo, se consigue lo que él mismo llama “Iglesia en salida” en la Evangelii Gaudium: una Iglesia preocupada realmente por los problemas del hombre y la mujer de hoy, que sale a su encuentro, que se comunica con ellos y los ayuda.