La Cuaresma del Año de la Misericordia es especial. El Papa Francisco pide que la vivamos con mayor intensidad en los puntos 17 y 18 de la Misericordiae Vultus. Recopilamos en esta entrada las recomendaciones que el Papa nos hacía en la bula. 1. Meditar las Sagradas Escrituras. Francisco nos señala dos textos en concreto. a. Miqueas 7, 18-19. "¿Qué Dios hay como Tú, que quite la culpa y pase por alto el delito del Resto de tu heredad? No mantendrá su cólera por siempre pues se complace en el amor; volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestras culpas. ¡Tú arrojarás al fondo del mar todos nuestros pecados!". b. Isaías 58, 6-11. "Este es el ayuno que yo deseo: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no abandonar a tus semejantes. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu herida se curará rápidamente; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: “¡Aquí estoy!”. Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si partes tu pan con el hambriento y sacias al afligido de corazón, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía. El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan". 2. Participar en la iniciativa 24 horas para el Señor. Una jornada completa dedicada a la oración que corresponde al viernes y sábado antes del IV Domingo de Cuaresma: 3 y 4 de marzo. El Papa recuerda que es un día muy oportuno para acudir al sacramento de la Reconciliación (confesión). 3. Acoger a los Misioneros de la Misericordia. Ellos son, en palabras de Francisco, "un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón". 4. Practicar las obras de misericordia. En el mensaje para la Cuaresma de este año, Francisco explica que podemos salir de nuestro egoísmo y "alienación existencial" gracias a las obras de misericordia. Así, a través de las obras de misericordia corporales "tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales". 5. Tener como modelo a la Virgen María. Francisco destaca en el mensaje para la Cuaresma que "María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales".