Juan Vicente Boo lleva 18 años como corresponsal del diario ABC en el Vaticano, donde ha seguido a los Papas desde Juan Pablo II, acompañándoles en más de 50 viajes internacionales. Ha sido promotor de la agencia televisiva Rome Reports, donde impulsó documentales como Benedicto XVI: La aventura de la verdad. Es autor del libro “El Papa de la alegría” (Palabra, 2016) y acaba de publicar “Píldoras para el alma” (Palabra, 2017), una recopilación de los más de 1.300 tuits del Papa Francisco. En twitter, puedes seguirlo como @juanvicenteboo.
Poner a disposición de mucha gente los 500 mejores tuits del Papa de un modo que facilita la meditación y la oración personal: ordenados en “sus” 32 grandes temas y en papel. Esto permite meditarlos sin las distracciones del móvil, la tableta o el ordenador. Francisco tiene 40 millones de seguidores en Twitter y otros 5 millones en Instagram, pero en las redes sociales las perlas o las pepitas de oro se pierden muy pronto en medio de la jungla.
Francisco ha lanzado más de 1.340 tuits. He seleccionado los perennes, los que componen un libro clásico de espiritualidad, ordenado en torno a los grandes temas. He dejado fuera tuits muy buenos pero ligados a un acontecimiento como el terremoto de México, etc.
El orden de capítulos es alfabético, desde “Alegría” hasta “Vida”, pasando por “Amor”, “Esperanza”, “Espíritu Santo”, “Familia”, “Jóvenes”, “María”, “Ternura”…
Son muy espirituales y muy humanos. Son abiertos, optimistas, y siempre te ayudan a salir de tu narcisismo para centrarte en Dios y en los demás. Una colega periodista china me dijo en Madrid que esos tuits desbordan “sabiduría”. Me sorprendió, pero caí en la cuenta de que es así.
Tengo la impresión de que Francisco escribe en público casi las mismas cosas que nos diría a cada uno en privado. Creo que hay que escuchar sus tuits como palabras susurradas al oído para ayudarnos a mejorar. Durante el vuelo del pasado 12 de mayo a Fátima, el Papa me dijo que los tuits “están siempre a disposición” de sus seguidores, y aconsejó con mucha decisión: “¡Qué los usen para rezar!”.
Quizá antes de lo que pensamos. Los métodos de comunicación cambian, y lo que quiere Francisco es utilizarlos todos.