El Papa Francisco ha hablado en diversas ocasiones sobre la santidad durante su Pontificado. Su texto más largo sobre ser santo es la exhortación apostólica Gaudete et Exsultate, publicada el 19 de marzo de 2018. Además, de ese texto en el que podrás profundizar sobre el camino para ser santo, te recomendamos otros momentos en los que el Papa ha querido destacar algunos aspectos sobre la santidad.
https://www.youtube.com/watch?v=7a2Z6SXI2yw ">http://w2.vatican.va/content/francesco/es/audiences/2017/documents/papa-francesco_20170621_udienza-generale.html">Audiencia General, 21 de junio de 2017 "Y ¿qué somos nosotros? Somos polvo que aspira al cielo. Débiles nuestras fuerzas, pero potente el misterio de la gracia que está presente en la vida de los cristianos. Somos fieles a esta tierra, que Jesús ha amado en cada instante de su vida, pero sabemos y queremos esperar en la transfiguración del mundo, en su cumplimiento definitivo donde finalmente no habrá más lágrimas, maldad y sufrimiento. Que el Señor nos done a todos nosotros la esperanza de ser santos. Pero alguno de vosotros podrá preguntarme: “Padre, ¿se puede ser santo en la vida de todos los días?” Sí, se puede. “Pero ¿esto significa que debemos rezar todo el día?” No, significa que debes cumplir tu deber todo el día: rezar, ir al trabajo, cuidar de los hijos. Pero es necesario hacer todo con el corazón abierto hacia Dios, de manera que el trabajo, también en la enfermedad, incluso en la dificultad, esté abierto a Dios. Y así nos podemos convertir en santos. Que el Señor nos dé la esperanza de ser santos. ¡No pensemos que es una cosa difícil, que es más fácil ser delincuentes que santos! No. Se puede ser santos porque nos ayuda el Señor; es Él quien nos ayuda".
">http://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2016/documents/papa-francesco_20161101_omelia-svezia-malmo.html">Homilía de la misa de Todos los Santos, 1 de noviembre de 2016 en Malmo (Suecia) "Pero si hay algo que caracteriza a los santos es que son realmente felices. Han encontrado el secreto de esa felicidad auténtica, que anida en el fondo del alma y que tiene su fuente en el amor de Dios. Por eso, a los santos se les llama bienaventurados. Las bienaventuranzas son su camino, su meta hacia la patria. Las bienaventuranzas son el camino de vida que el Señor nos enseña, para que sigamos sus huellas. En el Evangelio de hoy, hemos escuchado cómo Jesús las proclamó ante una gran muchedumbre en un monte junto al lago de Galilea".
">https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/07/31/mon.html">Encuentro del Papa con monaguillos, 31 de julio de 2018 "Pero vosotros ¿sabéis cuáles son las obras de misericordia? Si no las sabéis, ¿cómo podéis hacerlas? Es importante: las obras de misericordia. Son un camino exigente pero al alcance de todos. Para hacer una obra de misericordia, no es necesario ir a la universidad, tomar un título. Todos, todos podemos hacer las obras de misericordia. Están al alcance de todos. Es suficiente que cada uno de nosotros empiece a preguntarse: "¿Qué puedo hacer hoy, para salir al encuentro de las necesidades de mi prójimo?", de este prójimo: de mis hermanos, de mi padre, de mi madre, de mis abuelos, de mis amigos, de los pobres, de los enfermos...; pero uno, uno por día. ¿Qué puedo hacer para salir al encuentro de las necesidades de mi prójimo? Y no importa si es un amigo o un desconocido, un compatriota o un extranjero, es el prójimo. Creedme, haciendo así podéis llegar a ser verdaderamente santos, hombres y mujeres que transforman el mundo viviendo el amor de Cristo. Es cierto, no es fácil, es un trabajo duro. Pero acordaos, lo vuelvo a decir: el camino hacia la santidad no es para los perezosos".
Homilía en la misa de Todos los Santos, 1 de noviembre de 2015 "Queridos hermanos y hermanas, este es el camino de la santidad, y es el mismo camino de la felicidad. Es el camino que ha recorrido Jesús, es más, es Él mismo este camino: quien camina con Él y pasa a través de Él entra en la vida, en la vida eterna. Pidamos al Señor la gracia de ser personas sencillas y humildes, la gracia de saber llorar, la gracia de ser mansos, la gracia de trabajar por la justicia y la paz, y sobre todo la gracia de dejarnos perdonar por Dios para convertirnos en instrumentos de su misericordia. Así han hecho los santos, que nos han precedido en la patria celestial. Ellos nos acompañan en nuestra peregrinación terrena, nos animan a ir adelante. Que su intercesión nos ayude a caminar en la vía de Jesús, y obtenga la felicidad eterna para nuestros hermanos y hermanas difuntos, por quienes ofrecemos esta misa".
">https://w2.vatican.va/content/francesco/es/homilies/2014/documents/papa-francesco_20141101_omelia-ognissanti.html">Homilía en la Misa de Todos los Santos "Nuestra actitud, lo hemos escuchado en el Evangelio, es la actitud de las Bienaventuranzas. Sólo ese camino nos llevará al encuentro con Dios. Sólo ese camino nos salvará de la destrucción, de la devastación de la tierra, de la creación, de la moral, de la historia, de la familia, de todo. Sólo ese camino: ¡pero nos hará pasar por cosas desagradables! Nos traerá problemas, persecuciones. Pero sólo ese camino nos llevará hacia adelante. Y así, este pueblo que hoy sufre tanto por el egoísmo de los devastadores, de nuestros hermanos devastadores, este pueblo sigue adelante con las Bienaventuranzas, con la esperanza de encontrar a Dios, de encontrar cara a cara al Señor, con la esperanza de llegar a ser santos, en ese momento del encuentro definitivo con Él".
Homilía en Casa Santa Marta, 26 de mayo de 2016 https://www.youtube.com/watch?v=WgcbSOW0cRU
Discurso a los Padres Rosminianos, 1 de octubre de 2018 "La santidad y el ejercicio de las virtudes no están reservados para unos pocos, o incluso para un momento particular de existencia. Todos pueden vivir en fidelidad diaria a la vocación cristiana; personas consagradas, en particular, en adhesión fiel a la profesión religiosa. En este sentido, el Beato Rosmini rezaba: «Oh Dios, envíanos tus héroes». Era evidente en él lo que he señalado en el reciente Motu proprio Majorem hac dilectionem sobre la vida heroica, es decir, «una oferta de vida por los demás, se mantendrá hasta la muerte» (n. 5). La santidad es el camino de la verdadera reforma de la Iglesia, que, como vio claramente Rosmini, transforma el mundo en la medida en que se reforma".