Hace un tiempo me hicieron esta pregunta: en un noviazgo en el que uno es virgen pero el otro no —por relaciones pasadas—, ¿cómo puede afrontarlo la persona que ha esperado? ¿Cómo superar el sentimiento de cierta tristeza al pensar que ya no será él/la única persona con la que su novio/a compartirá algo tan íntimo? Sobre ">https://makelovehappen.blog/2019/01/28/una-segunda-virginidad-es-posible-si-sabes-como/">este tema de la segunda virginidad me gusta mucho una cita del libro ">https://www.arguments.es/matrimonio/2018/10/17/una-decision-original-guia-para-casarse-por-la-iglesia-i/">Una decisión original: «La virginidad no se limita a un dato fisiológico, a la presencia del himen en la mujer. Es una realidad profunda, que consiste en reservarse para una entrega plena y verdadera. Podéis haber entregado en alguna ocasión vuestro cuerpo; pero, si no ha sido expresión mutua de un amor definitivo, eso no significa que hayáis perdido vuestro tesoro para siempre. Estáis a tiempo de reservaros ese gesto del cuerpo hasta que sea, de verdad, expresión de un amor maduro. Estáis a tiempo de volver a cuidar el don inmenso de que vuestro cuerpo manifieste sincera y verdaderamente lo que vive vuestro corazón»
Este fragmento me gusta tanto porque es verdadero y esperanzador. No es un consuelo para quedarse tranquilos sino que creo que es muy real: una persona ha podido entregar su cuerpo pero hasta que esa entrega del cuerpo no va acompañada de una entrega de toda la vida (en el matrimonio) no se ha dado una entrega total. En esa relación sexual (o relaciones) el cuerpo no estaba manifestando una realidad. Por eso vivir la segunda virginidad es algo real, no es una metáfora. Además, la castidad es una virtud y, como en toda virtud, siempre podemos crecer y mejorar, vivirla mejor.
Para la persona que ha esperado creo que puede ser útil también profundizar en que el amor es incondicional, y acoger al otro sin ninguna reserva tal como nos gustaría que nos acogieran a nosotros con todos nuestros defectos y acciones pasadas de las que no estamos especialmente orgullosos. Asimismo, hay que entrenarse en una mirada compasiva (en el mejor sentido de la palabra), una mirada que es consciente de que ">https://makelovehappen.blog/2020/12/23/vulnerables-si/">todos somos débiles y vulnerables, y de que si no la hemos "liado" más en esta vida es porque hemos estado muy bien rodeados, Dios nos ha cuidado especialmente, hemos tenido una buena formación o los motivos que sean...
También hay que pensar que si Dios le ha perdonado ya esas acciones pasadas... ninguno de los dos tiene derecho a darle vueltas, ni a tenerlo presente. Creo que estas cosas es bueno contarlas, pero hablarlas una vez y ya, sin enredarse. Para vivir un noviazgo que espera es necesaria mucha esperanza —nunca mejor dicho—, mucha ilusión, porque una mirada que exprese "no tienes remedio" es todo lo contrario a eso, corta las alas de ser mejor del otro. La desesperanza es de lo que más contribuye a seguir metiendo la pata —en este tema y en todos, me parece—.
Por otra parte, creo que también vivir con ilusión y con paz la espera conjunta puede ayudar mucho tanto a quien no ha esperado como a quien sí. Si la castidad es un tema de continuo choque en el noviazgo acaba siendo un rollo, la cosa se enquista. La castidad exige esfuerzo, sí, pero no puede ser un motivo de pelea constante, o ">https://makelovehappen.blog/2018/01/23/vivir-una-sexualidad-satisfactoria-en-el-noviazgo/">algo que se viva con tensión o como reprimiéndose.
Además, pienso que puede ser un detalle especialmente bonito para la persona que sí ha esperado que quien no haya esperado "abandere" esta causa: que sea especialmente delicado y respetuoso, que tenga la iniciativa cuando haya que cortar una situación que puede poner en peligro el objetivo de esperar... como muestra de que para esa persona la espera (volver a esperar, en su caso) es algo muy valioso. Obviamente la lucha es de los dos, pero como en toda lucha en la pareja, siempre hay uno al que se le da mejor un aspecto que otro (hay quien es mejor perdonando, o proponiendo planes, o quitando tensiones…).