https://www.arguments.es/wp-content/uploads/blogjmj/2013/03/Desata-Nudos.jpg" width="202" height="347" />Nos ha llegado a través de un amigo argentino que el Papa Francisco tiene especial devoción a una imagen de la Virgen conocida como "La Virgen Desata Nudos". El 8 de diciembre de 2011, al presidir la Eucaristía ante esta advocación, destacó que "Dios, que derrocha su gracia para sus hijos, quiere que nos confiemos a Ella, que le confiemos los nudos de nuestros pecados para que ella se los acerque a su hijo Jesús". La Virgen Desata Nudos llega a Argentina de la mano de Bergoglio (Fuente: Parroquia de San José del Talar). La primera imagen de la Virgen Desata Nudos llegó a la Argentina en la década del 80 de la mano del entonces sacerdote jesuita Jorge Bergoglio, quien en uno de sus viajes de estudiante a Alemania recogió en la Iglesia de St. Peter am Perlach, Augsburgo, algunas estampas de Nuestra Señora de Knotenlöserin, que en español significa "que desata los nudos". La postal que distribuyó monseñor Bergoglio muestra a la Virgen María desatando una madeja de nudos que le acercan varios ángeles. Uno de ellos le alcanza una cinta con nudos grandes y chicos, separados y agrupados. Esto es el pecado original con todas sus consecuencias; nudos de vida personal, familiar, laboral, de la vida comunitaria. Todos estos nudos, que no son otra cosa que el pecado, nos debilitan a tal punto en nuestra fe que la Gracia de Dios no puede fluir libremente a través de la cinta de nuestra vida. Pero su perseverancia y su influencia maternal nos animan, nos empujan permanentemente hacia la obediencia, y con sus manos bondadosas va soltando uno a uno los nudos que nos separan del bien. Y es así como la cinta resbala de un ángel a otro, quien mostrándola desanudada, nos está diciendo que recemos confiadamente porque somos escuchados. En septiembre de 1996, a escasos meses de su nombramiento como cura de la Iglesia de San José del Talar, el padre Rodolfo Arroyo recibió la visita de tres fieles devotos de la Virgen que habían trabajado cerca del entonces padre Bergoglio, que le comentaron que en la capilla del Rectorado de la Universidad del Salvador se veneraba un cuadro de María Desatanudos. El párroco se sintió atraído por la imagen e inmediatamente pensó en la posibilidad de venerarla públicamente en su parroquia. Una vez que Monseñor Quarrachino dio su aprobación, la comunidad de San José del Talar se organizó para que el 8 de diciembre de 1996 fuera entronizada la imagen. De inmediato apareció Ana Betta de Berti, la artista que pintó y donó el cuadro; el arquitecto; el iluminador, y los albañiles que ayudaron a refaccionar el lugar escogido para ubicar el retrato. El 8 de diciembre de 1996, el mismo día en que se venera la imagen en Alemania, con la iglesia llena de fieles, el padre Arroyo bendijo y entronizó la réplica. Al mes, volvió a suceder el fenómeno del primer día: miles de fieles visitaron a la Virgen. A partir de esa fecha, cada 8 de mes es visitada por miles y miles de peregrinos que se acercan de distintos barrios, comunidades, pueblos y ciudades. Son innumerables los testimonios de Gracias recibidas a través de María, bajo esta advocación. Origen y significado de la imagen (Fuente: Wikipedia) La imagen de María Desatanudos (Maria Knotenlöserin) es un cuadro de Johann Georg Melchior Schmidtner y data aproximadamente del año 1700. En éste puede verse a María rodeada de ángeles pequeños protegida por la luz del Espíritu Santo. Se encuentra de pie pisando la cabeza de la Serpiente. Un ángel a su izquierda le alcanza las cintas anudadas y otro ángel a su derecha recoge las cintas estiradas. Abajo del cuadro puede apreciarse a un hombre caminando a oscuras guiado por la compañía de un Arcángel, lo cual nos remite a San Rafael Arcángel guiando en su camino a Tobías en su viaje. Esta imagen también puede interpretarse como la guía celestial por parte de los ángeles, auxiliares de Dios, en los oscuros caminos de la vida terrenal. La imagen de María Desatanudos tiene una clara referencia a los problemas humanos que se simbolizan como energías que atascan el normal flujo de comunicación entre Dios y los humanos, representados en cintas que la Virgen desata y destraba con ayuda de los ángeles.