Sol afuera. Cuatro y media de la tarde. Ha llegado uno de los momentos esperados. Próxima visita: el Santuario de la Divina Misericordia, en el barrio de ?agiewniki. Pero tenemos un problema. No sabemos qué tranvía tomar. Preguntamos a una cracoviana: no entiende inglés. A una voluntaria: se va con prisas. A un policía: nos señala a una familia al lado de un stand. Me fijo bien, son protestantes dispuestos a hablar sobre la Biblia. Pienso: "El policía se burla de mí. Estos no nos dirán nada sabiendo que vamos a un santuario católico". Aún así me arriesgo. Me reciben con una sonrisa y me indican todo con puntos y señales. Hernando, te equivocaste: la misericordia viene de donde menos lo esperas.
El que no busca a veces encuentra
Nos levantamos pronto para aprovechar al máximo el día. Está lloviendo, pero eso no quita las ganas de Cracovia. Primera parada: la estación de tren Kraków G?ówny. Allí recogeremos los kits del peregrino. Antes, desayunamos en el McDonalds cerca de la Plaza Mayor. Una vez nos dan los kits -mi padre escoge el de color azul y yo el rojo-, empezamos a conocer en serio. https://www.arguments.es/wp-content/uploads/blogjmj/2016/07/13642878_1815954845306001_545650095_n1-300x300.jpg" alt="mochila_peregrino_jmj_arguments_catequesis_jmj_young_answers" width="300" height="300" /> De camino, habíamos pasado por la Puerta de San Florián y por la Basílica homónima, parroquia en la que San Juan Pablo II ejerció de vicario desde 1949 al 1951. Ahora, nos detenemos ante otra basílica, situada en la esquina noroccidental de la Plaza Mayor. Se trata de la Basílica de la Asunción de la Santísima Virgen María. Decidimos entrar y sorpresa: Misa en español. Estaban leyendo la primera lectura. El acento delataba que los lectores eran polacos. También el sacerdote quedó al descubierto cuando hizo lo mismo con el Evangelio. Durante la homilía, preguntó: "¿Quiénes son de España". Nadie levanta la mano. "¿De América?". Unos cuantos brazos arriba. "Bueno, pues no pronunciaré tantas zetas". Sonó una risa-murmullo. Segunda sorpresa del día. El sacerdote: "Llevo un año en Pamplona y allí veo tantos peregrinos que hacen el camino de Santiago...". Conque el año pasado vivimos en la misma ciudad, me dije. Al final de la Eucaristía, le pregunté si estudiaba en la Universidad de Navarra y asintió. Al salir de Misa, ya no estaba lloviendo.
Siguiendo los caminos de San Juan Pablo II
En el kit nos vino una "Guía del peregrino". El libro sugiere seguir tres rutas: "Los santos en Cracovia" (hay más de lo que uno se imagina. Por ejemplo, diez egresados del Collegium Maius de la Unviersidad Jaguelónica de Cracovia están en los altares); "Tras las huellas de Santa Faustina Kowalska" y "Siguiendo los caminos de Juan Pablo II". Optamos por este último. Este fue nuestro recorrido:
1. Palacio de los Obispos - Calle Franciszkanska 3
2. Basílica de San Francisco de Asís
3. Iglesia de San José de las Hermanas Bernardas
4. Casa del decano
5. Catedral de Wawel
6. Basílica de San Miguel Arcángel y San Estanislao de Cracovia de los Padres Paulinos en Skalka
7. Iglesia de San Estanislao Kotska de los Hermanos Salesianos en Debniki
Necesitamos gasolina
En este punto del recorrido, las suelas de nuestros zapatos estaban hartas del piso cracoviano. Habíamos caminado kilómetros, y el estómago pedía recarga. Entramos a un Kentucky Fried Chicken y gastamos los vales de comida que teníamos para el día: dos de quince z?otych cada uno (el z?oty es la moneda polaca. Un euro se convierten en 4 z? aproximadamente). Nos dio para una hamburguesa de pollo, una mazorca y la bebida. Con nuevas energías, recorrimos otros lugares relacionados con San Juan Pablo II y uno con la vida de Santa Faustina:
8. Colegiata Universitaria de Santa Ana
9. Collegium Maius
El otro lugar que vimos conectado con San Juan Pablo fue el Collegium Novum de la Universidad Jaguelónica. El vinculado con Santa Faustina se trataba de la editorial de Cebulski, donde se imprimieron las primeras imágenes de la Divina Misericordia.
Hacia Cracovia-?agiewniki
Después del paseo anterior fue cuando decidimos ir hacia el Santuario de la Divina Misericordia. Ya en la parada del tranvía que llevaba hasta allá -gracias a la cortés ayuda de la familia protestante mencionada antes-, nos encontramos con un franciscano que nos saludó sin conocernos. Muy amable. Se llamaba Ricardo, y había misionado en Paraguay y Bolivia. https://www.arguments.es/wp-content/uploads/blogjmj/2016/07/Con-fray-Ricardo.jpeg" alt="Con fray Ricardo" width="581" height="1032" />
Pronta despedida
Bueno, amigo. Hasta aquí puedo escribir hoy. El sueño llama. Mañana prometo contarte todo lo que pasó en el Santuario de la Divina Misericordia y en el de Juan Pablo II, que está a escasos metros del primero. Sigue encomendando a los peregrinos. Que descubramos la misericordia de Dios.