Finales de noviembre de 2016. Se acababa el Año de la Misericordia. Unos jóvenes, la mayoría de ellos ecuatorianos, se animan a lanzar un proyecto evangelizador. Se llama ">https://www.facebook.com/dale1minuto/?fref=ts">Dale1Minuto. Se trata de vídeos de un minuto, o menos, en el que tocan temas relacionados con la fe y el evangelio. Tienen muy claro que el tono debe ser "divertido, descomplicado", a la vez que apuestan por un producto "de calidad". Así lo explica Javier Salcedo, uno de estos ocho jóvenes. Él quiere que este proyecto siga creciendo, porque durante estos dos meses, gracias al feedback recibido, se ha dado cuenta "que las personas tienen sed de Dios" y que con Dale1Minuto "no se está arando en el mar".
Surgió de modo espontáneo. Todos los que iniciamos Dale1Minuto (en adelante, D1M) somos amigos desde hace mucho tiempo y siempre tuvimos la idea de sacar juntos un proyecto apostólico. Como vivimos en países diferentes, vimos en las redes sociales no solo un “lugar común”, sino también una “periferia” muy necesitada de apóstoles donde podríamos sumarnos a la evangelización.
Nos guste o no, la verdad es que vivimos en una sociedad inmediatista, donde muchas veces la gente se muestra incapaz de leer un libro. Esto es patente en las redes sociales y es un desafío gigante para fe y para la nueva evangelización. De modo que en este “sexto continente” los mensajes tienen que ser cortos e impactantes, y en esto el Evangelio no pierde jamás su frescura, así que decidimos aceptar el reto y transmitir la buena nueva en un minuto.
Que las personas se queden con ganas de más es precisamente lo que pretendemos. Sabemos que en D1M no se resolverán los problemas más profundos de la existencia humana. Sin embargo creemos que con estas pequeñas “cápsulas” podemos lograr que la gente sienta una inquietud, responda a una duda o al menos se cuestione algo concreto sobre su vida y que esto a su vez le impulse a buscar más. No creemos ser la respuesta sino un medio para alcanzarla. Los videos intentan ser una guía segura hacia la respuesta que cada persona está buscando.
Por ahora somos 8. No es un número cerrado, estamos pensando ampliar el equipo. Como es natural, no todos aparecemos en los videos, dos de nosotros se dedican a la creación/revisión del contenido, o a la administración de las cuentas. Todos, excepto Rafael, que es mexicano, nacimos en Ecuador. Así que mencionaré sus nombres y el lugar en donde viven actualmente: Andrea Costales (Colonia, Alemania), Armando Delgado (Guayaquil, Ecuador), Cristian Campoverde (New Jersey, Estados Unidos), Christian Ledergerber (Roma, Italia), Leonel Mosquera (Guayaquil, Ecuador), Rafael Angulo (Obregón, México), Steven Neira (Portoviejo, Ecuador) y yo, Javier Salcedo (Pamplona, España). Este es uno de los vídeos publicados en su Facebook
Por ahora no. Pero estamos abiertos a esa posibilidad y a lo que Dios nos vaya pidiendo en el camino para llevarlo a todas las almas que ansían conocerlo mejor.
Este apostolado fue pensado para ser divertido, descomplicado y de calidad. De modo que las herramientas que usamos son diversas según la capacidad de cada uno. Rafael, por ejemplo, usa una cámara y junto con Leonel a veces editan sus videos en ordenador. La mayoría de nosotros usa su móvil para grabar y para editar los videos. Hemos descubierto (porque no teníamos idea) que los móviles tienen un gran potencial para estos fines audiovisuales. Sin embargo, sabemos que el mensaje que compartimos y las personas a quienes nos dirigimos, merecen equipos aptos que con el tiempo pensamos mejorar.
El 20 de enero cumplimos dos meses al aire, de modo que vamos despacio, con muchísimo ánimo y aprendiendo a movernos según las nuevas circunstancias que se presentan. Esto no quiere decir que no tengamos planes, ¡todo lo contrario! Cuanto más avanzamos, más se amplían las posibilidades. Muy pronto abriremos el canal de YouTube para poder llegar a quienes no tengan cuenta en Instagram o Facebook. Además creemos que D1M no tiene porqué estar confinado al mundo del internet (inmenso por cierto). Queremos hacer apostolado cara a cara, llegar a las personas concretas, que le den su tiempo a Dios en los distintos países donde nos encontramos, a través quizá de concentraciones en las calles, tal vez conversatorios...
Inicialmente queríamos llegar solo a jóvenes creyentes para animarlos en la fe o ayudarlos a resolver alguna cuestión. Pero nos hemos dado cuenta que nos siguen también personas no tan creyentes y algunas no tan jóvenes, que les interesan nuestros videos y el modo de comunicar la fe que tiene D1M. Esto nos emociona y nos invita a ampliar nuestro “target”, lo cual es un reto, porque debemos pensar en estas personas y en el mejor modo de transmitir a Jesús y su Iglesia.
Gracias a Dios uno muy positivo. Nos escriben agradeciendo la iniciativa y animando a seguir adelante. También nos escriben para proponernos temas, o para consultarnos dudas, lo cual nos encanta. De hecho, una de las aspiraciones de D1M es esa: poder tocar temas propuestos por las personas que nos siguen, de modo que la relación entre la página y los seguidores sea muy estrecha. El feedback nos muestra que las personas tienen sed de Dios y que no se está arando en el mar. Darnos cuenta de eso es una gran motivación para continuar y mejorar este apostolado, aunque nuestra primera y gran motivación es el amor a Dios y a la misión de la Iglesia.