">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2014/06/papa-riendo.jpg"> El papa Francisco apuesta por la identidad: así lo dice en la entrevista de La Vanguardia: “Creo que la manera para hacer verdaderos cambios es la identidad. Nunca se puede dar un paso en la vida si no es desde atrás, sin saber de dónde vengo, qué apellido tengo, qué apellido cultural o religioso tengo”. El papa sabe que la Iglesia debe tener una fuerte conciencia de sí misma para comunicar "con garra" su mensaje  (que es el mismo de siempre, el evangelio); el anuncio tiene que estar precedido por un saber quién soy: es el elemento que confiere al mensaje autenticidad y autoridad, tan importantes en comunicación. Por eso, se entiende que Francisco insista en la pobreza, sin la cual no se puede comprender el mensaje cristiano -“centro del Evangelio”, dice en la entrevista a La Vanguardia-; o que exponga que no se pueda ser verdadero cristiano sin reconocer la raíz judía dentro de uno; o que diga seriamente que él no puede jugar al “papa párroco”. Son todas afirmaciones que brotan de una misma fuente: la conciencia de la identidad, de saber quién se es en cada momento y de qué es lo esencial para ello, aun cuando eso exija una renuncia personal, como lo es para el papa atenerse a cierto protocolo.