">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2017/10/Evil-es-live-1-e1507885931124.jpg"> Leída al revés la palabra evil (mal) se obtiene la palabra live (vivir). -Phinius P. Quimby- En el Antiguo Testamento (Gén,37 y ss.) se nos narra la historia de José y sus hermanos. Cómo los hermanos se deshacen de José que acaba vendido como esclavo en Egipto. Es encarcelado por envidia; pero la cárcel, lejos de destruirlo, es ocasión de un nuevo camino para él. Aprende a encauzar sus sueños hacia fines constructivos y, pasados unos años, es capaz de prestar un importante servicio a los egipcios. Cuando sus hermanos, acuciados por el hambre, recurren a él, José los perdona y les dice: Vosotros intentasteis hacer mal, pero Dios intentaba convertirlo en bien (Gen 50-20). Con el tiempo, el dolor de la catástrofe personal suele ceder paso a una nueva comprensión de la realidad y al crecimiento interior, porque de estas tragedias puede aflorar la posibilidad de una vida más profunda, más fructífera, más llena de sentido. La gente de bien que pasa una experiencia traumática, puede movilizar recursos interiores, y abrir puertas a una vida nueva más fecunda y comunicativa. Es cuestión de actitud: el mal, si se sabe transformar, puede llegar a ser fuente de vida; algo así como ocurre con la palabra inglesa evil (mal) que si le damos la vuelta se convierte en live (vida). Ante un acontecimiento doloroso caben dos actitudes: o dejarnos aplastar por el suceso, o, impulsados por el dolor, crecer. Me explico. El mal aparente, momentáneo, puede multiplicarse y triunfar cuando las personas buenas se vuelven resentidas y amargadas a consecuencia de sus desgracias (actitud bastante frecuente, por desgracia); pero igual de cierto es que el mal es derrotado cuando las personas lo identifican en su interior con vistas a trascender la desesperanza, perdonar la ignorancia, sanar las traiciones, amar a todo el mundo, y proseguir con una vida de crecimiento interior, espiritual. Es lo que hizo José, trascendió las circunstancias adversas, y demostró que este saber trascender las apariencias negativas, es el duro —pero eficaz— camino que las buenas personas deben recorrer para convertirse en grandes personas. Es una evidencia que debemos tener siempre presente: las grandes personas se niegan a ser víctimas de las circunstancias. Es más, a menudo usan incluso los más traumáticos acontecimientos para dar una respuesta creativa y útil a la vida. Y es que, a base de intentarlo, quienes se crecen ante los contratiempos han aprendido a hacer del mal una fuente de vida, porque saben convertir, con su actitud creativa y optimista, la palabra evil en live.