">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2019/05/La-alegría-te-abrirá-puertas-A-e1558089781344.jpg"> A veces tu alegría causa tu sonrisa, pero también hay veces en las que tu sonrisa puede causarte alegría. -Thich Nhat Hanh- El otro día me contaron una serie de chistes, entre otros: ?El trabajo en equipo es esencial… te permite echarle la culpa a otro. ?Hay dos palabras que te abrirán muchas puertas: «Tire» y «Empuje». ?Aprende bien este eslogan: Según te ven, te catalogan. ?Me emborraché para olvidarte, ¡pero ahora te veo doble! La alegría es algo que podemos crear en nosotros mismos si así lo queremos. Está en ti querer y decidir obtenerla. ¡Elige la alegría! La alegría de vivir, es una expresión que se refiere a una cualidad que simplemente sale a relucir en algunas personas. Es la capacidad de amar la vida al máximo y de reflejar esta emoción en nuestras acciones y personalidad. Lamentablemente, muchas veces nuestras actividades diarias nos pueden sumergir en un mar de lamentos y quejas que lo único que nos permite ver es el lado más desagradable de las cosas. Así, consciente o inconscientemente, enterramos nuestra alegría de vivir bajo una montaña de deberes, preocupaciones y aflicciones varias. Recuperar el amor y entusiasmo por las cosas simples de la vida, es esencial para sentirnos bien y realizados con nosotros mismos. No se trata de estar feliz únicamente según las circunstancias. Sentir alegría es algo mucho más profundo. Un ejemplo lo tenemos en don Bosco, el santo de la alegría. Pablo VI, en el año 1975, nombró a san Juan Bosco como uno de los santos que mejor habían aprendido y comunicado el carisma de la alegría Ya en sus tiempos de estudiante en Chieri, hacia el 1832, fundó «la Sociedad de la Alegría» entre sus compañeros, mostrando su opción por buscar lo positivo en la vida y evitar toda tristeza (melancolía, fuera de la casa mía). Y esa fue una de las claves principales de su pedagogía con los niños y los jóvenes: la vida entendida como fiesta y la fe como felicidad. Por una parte, la música, el teatro, las excursiones, el deporte. Por otra, la alegría sobrenatural de la fe. En todo momento la alegría del existir, del poder trabajar, de la entrega a los demás, la alegría de la vida de cada día. Hacer del optimismo, la confianza en Dios y en las personas, los recursos para saber ver y gozarse de los valores que hay en este mundo. La alegría envuelve la vida de piedad y el estudio, abre a la esperanza y suscita energías para hacer el bien. Un rostro sinceramente sonriente será nuestra mejor carta de presentación y, os lo aseguro, abre muchas puertas.