Una meta es un sueño con fecha de entrega. -Napoleón Hill-
Bethany Meilani Hamilton nació el 8 de febrero de 1990 en Kauai, Hawái. Es una surfista, especialmente conocida como superviviente a un ataque de tiburón, en el que perdió el brazo izquierdo a los 13 años, y por superar con éxito esa grave lesión. Toda su vida estaba bien encaminada hacia el mundo del surf profesional que era su gran sueño, pero, de golpe, todo cambió. Un tiburón tigre se cruzó en su camino mientras surfeaba con su amiga, en la playa de Tunnels Beach, en Hawái. Mientras estaba relajada, estirada encima de su tabla disfrutando del mar, un tiburón tigre la atacó, le arrancó su brazo izquierdo y, de paso, se llevó parte de su tabla. Bethany consiguió conservar la calma y, con la ayuda de su amiga Alana y el padre de esta, llegó a la orilla para que la trasladaran al hospital. Ese día, Bethany perdió más del 60% de sangre y casi muere desangrada, pero los médicos pudieron salvarle la vida. El que no haya surfeado nunca debe saber que, para poder llegar al pico, la zona de olas, y poder surfear, hay que remar contra ellas y eso requiere de mucho esfuerzo y destreza. Con un solo brazo no tienes ni la misma fuerza ni el mismo equilibrio en la remada, por lo que poder superar olas grandes es dificilísimo. Pero Bethany, impelida por su ideal, cuando tuvo la herida cicatrizada, a las diez semanas del accidente, volvió a subirse a su tabla. Obviamente le costó poder surfear normalmente, tuvo que adaptar una tabla con un agarre central para no salir disparada cada vez que remaba contra una ola y tuvo que volver a aprender a surfear. Su ideal era convertirse en surfista profesional y un simple ataque de tiburón no se lo iba a impedir. Después de muchos sacrificios, y gracias a su pasión por el surf, Bethany volvió a la competición. Rechazó ser tratada de manera diferente al resto de competidoras y surfeó en igualdad de condiciones. Quedó 5ª clasificada en su primer torneo nacional y, poco después, ya con 15 años, consiguió participar y ganar el campeonato NSSA, el mayor campeonato de surf aficionado de Estados Unidos. Un ideal acariciado durante mucho tiempo va empapando nuestro pensar y atrayendo hacia sí nuestra atención, nuestros sentimientos, nuestros planes, haciendo de él una suave obsesión que todo lo inspira. Llena nuestra alma de la satisfacción de vivir y orienta nuestras vidas con tal fuerza, que no consigue apartarnos de nuestro propósito ni el más sanguinario de los tiburones.