¿Qué está pasando con Planned Parenthood?

18/06/2014 | By Arguments

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">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/culturadelavida/2014/06/stop_abortion.jpg">stop_abortionPlanned Parenthood -la mayor organización estadounidense no gubernamental de planificación familiar- ha cerrado recientemente tres de sus oficinas en Clackamas y Gresham (Oregón) y la oficina de Salmon Creek (Washington). No es un hecho aislado. Se prevé que los empleados de otras ocho oficinas en Beaverton, Bend, Salem, Vancouver y Portland serán despedidos por motivos económicos. Éstas no son las primeras en cerrar sus puertas ya que, durante el año 2013, otros 24 centros de esta empresa tuvieron que poner fin a sus actividades. ¿Qué está sucediendo con Planned Parenthood? Es evidente que la industria abortista estadounidense no está pasando por su mejor momento. Dan Kennedy, de la asociación La vida humana de Washington, afirma que “esta imagen se repetirá, a medida que la nación se vaya haciendo más provida”. Gayle Attebury, de la asociación Oregón right to life, dijo que el cierre “fue una agradable sorpresa, necesaria, porque los proveedores del aborto no están consiguiendo los resultados esperados”. Por su parte, Troy Newman, presidente de la asociación Operación Rescate, afirma que “las cifras de abortos han disminuido, por lo que hay menos demanda de Planned Parenthood. A esto se unen varios escándalos recientes que involucran a Planned Parenthood y que han dado como resultado un aumento de la desaprobación del negocio del aborto”. Cabe recordar que Planned Parenthood es una de las mayores empresas abortistas del país. A pesar de representar sólo un 10% de sus actividades, las prácticas abortistas tuvieron unas ganancias de 900 millones de dólares durante el periodo de 2004-2005. Los datos son irrefutables y está claro que el negocio abortista ha perdido adeptos. De hecho, la última encuesta Gallup indica que el 48% de la población estadounidense se define provida, frente a un 45% que se considera prochoice. El cambio ha comenzado y puede que en un futuro, no muy lejano, se respete la vida de aquellos que no tienen voz.

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