San Felipe Neri es conocido como el santo del buen humor, de la alegría y de los jóvenes. Su cuerpo incorrupto reposa en la preciosa iglesia de Roma, Santa María in Vallicella, conocida también como la Chiesa Nuova (Iglesia Nueva). Dio a los niños abandonados de Roma un hogar y una familia, y mendigó por las calles para que tuvieran qué comer, enseñándoles con el canto y la catequesis.
La lección magistral de San Felipe Neri sobre el daño irreparable de las críticas y la murmuración
Un día, una conocida charlatana fue a confesarse. El sacerdote escuchó atentamente y después le puso esta penitencia: “Quítale las plumas a una gallina y espárcelas por las calles de Roma. Después vuelve donde mí”. La mujer, bastante desconcertada, cumplió con esta extraña penitencia y volvió donde el confesor. “¡La penitencia no ha terminado!– Ahora tienes que ir por toda Roma y recoger las plumas que has esparcido”. “¡Pero es imposible!”, respondió la mujer. “¡Tampoco las habladurías que has esparcido por toda Roma se pueden recoger! – replicó él –. Son como las plumas de esta gallina. No hay remedio para el daño que has hecho con tus habladurías”. Este sacerdote era San Felipe Neri. Aprendamos de él a no criticar y a sonreír siempre pase lo que pase, porque Dios no deja de querernos ni de estar a nuestro lado nunca.
Las mejores frases de San Felipe Neri
Los Santos nos dejan gran parte de su legado en sus enseñanzas. Recogemos algunas de las mejores frases de San Felipe Neri, que te pueden servir para rezar y acercarte más al Señor a través de él.
"No hay prueba más clara y segura del amor de Dios que la adversidad''.
"Sed buenos… ¡si podéis!”.
''Que los jóvenes estén alegres y se diviertan mientras que no pequen''.
''No saber negar al alma sus deseos es fomentar sus vicios''.
''No sólo debemos perdonar a los que nos persiguen, sino compadecer el triste estado de su alma''.
''Dios obra por el bien de un alma que se ha entregado a Él enteramente''.
''Debemos darnos a Dios enteramente y sin reserva''.
''Quien no trabaje por Cristo, no sabe lo que hace".
''El demonio procura sembrar la desunión en nuestras casas con quejas, disputas y rivalidades''.
''Entre las gracias que hemos de pedir a Dios, una de ellas ha de ser la perseverancia''.
''Si tan sólo llegáramos al cielo, qué cosa más dulce y sencilla que estar allí para siempre diciendo con los ángeles y los santos, Sanctus, sanctus, sanctus''.
''Conservar el buen humor en medio de las penas y enfermedades, es señal de alma recta y buena''.
"El amor propio es como una membrana que envuelve nuestro corazón; es doloroso arrancarla, y cuanto más se llega a la carne viva, más dolor cuesta".