San Francisco Javier nació en el Castillo de Javier (Navarra, España) en 1506. Desde pequeño, su madre le enseñó a rezar, acudiendo a diario a la capilla del Castillo. A los 19 años se marchó a París a estudiar. Allí conoció a Ignacio de Loyola con el que estableció una gran amistad. Ignacio lo fue acercando poco a poco a Jesucristo, ayudándolo a darse cuenta del poco valor de los bienes de la tierra y de lo mucho que valía ayudar a los demás. Le decía: "¿De qué te sirve ganar todo el mundo, todos los honores y riquezas si luego pierdes tu alma?”. Poco a poco, Jesucristo fue ganando espacio en la vida de Javier, y al acabar sus estudios, decidió dedicar su vida a Dios y a enseñar el Evangelio por toda la tierra. Todos los que lo conocieron le describieron como una persona muy alegre y optimista, dispuesta a trasmitir a los demás la felicidad que le producía haber sido escogido por Dios para difundir su palabra.
La llamada Javierada, es una tradición Navarra que se celebra desde el Año 1940. Se trata de ir caminando desde todas las villas, pueblos, ciudades hacia el castillo de Javier, lugar de nacimiento de San Francisco Javier. El día de la marcha, se celebra normalmente el primer fin de semana de Marzo. Dependiendo del lugar de partida, puede oscilar desde unas horas hasta un día. Las Javieradas son una de las peregrinaciones más importantes de las que se celebran hoy en día en España, por cantidad de participantes y por hondura religiosa. Su principal objetivo: honrar y venerar al patrón de Navarra San Francisco Javier. Consiste en realizar una peregrinación hasta Javier desde diferentes puntos de Navarra. Aunque en su mayoría el peregrino llega a Javier a pie, últimamente la diversidad es enorme: bici, footing, patines, por carretera, por monte, etc. Además se ha completado la variedad de Javieradas a parte de la principal: Javierada escolar, Javierada de las Familias, Javierada de los enfermos... La palabra "javierada" se la inventó un obispo navarro, don Marcelino Olaechea.
El Santuario está constituido por la Basílica, el Castillo con el Museo, el Centro de Espiritualidad (Casa de Ejercicios, Centro Juvenil y Albergue Juvenil), Aula Francisco de Jasso, el archivo de Shurhammer y la Parroquia de la Anunciación en la que Francisco fue bautizado. https://www.youtube.com/watch?v=3LKwIixL39s
Su cuerpo incorrupto reposa en la basílica del buen Jesús de Goa, aunque su brazo derecho fue seccionado en 1614 por un sacerdote jesuita que lo llevó a Roma. Desde 1641, allí se conserva la reliquia del brazo derecho de San Francisco Javier. La iglesia del Gesù es por tanto el corazón de la Compañía de Jesús en Roma. En ella se encuentra también la tumba de su fundador, San Ignacio de Loyola. https://www.youtube.com/watch?v=tkKmx9Rs8bE
Para rezar esta Novena de la Gracia, en honor de San Francisco Javier, se debe hacer la oración para todos los días del 4 al 12 de marzo; luego un Padrenuestro, un Avemaría y un Gloria, y terminar con la oración atribuida a San Francisco Javier. Por la señal, etc. Señor mío Jesucristo, etc.
Amabilísimo y amantísimo Santo: adoro con vos humildemente a la Divina Majestad y le doy gracias por los singulares dones de gracia que os concedió en vida y por la gloria de que ya gozáis. Os suplico con todo el afecto de mi alma, me consigáis por vuestra poderosa intercesión, la gracia importantísima de vivir y morir santamente. Os pido también me alcancéis la gracia especial que pido en esta novena...(aquí se piden las gracias espirituales y temporales que se desean). Y si lo que pido no conviene a mayor gloria de Dios y bien de mi alma, quiero alcanzar lo que para eso fuere más conveniente. Amén. Un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
¡Oh Dios mío! Yo os amo; y no os amo porque me salvéis, o porque castiguéis con fuego eterno a los que no os aman. Vos, vos, Jesús mío, habéis abrasado todo mi ser en la Cruz; sufristeis los clavos, la lanza, las ignominias, innumerables dolores, sudores, angustias, y la muerte: y esto, por mí y por mí pecador. ¿Por qué, pues, no te he de amar, oh Jesús amantísimo? No porque me lleves al cielo, o porque me condenes al infierno, ni por esperanza de algún premio; sino así como vos me amasteis, así os amo y os amaré: sólo porque sois mi Rey y sólo porque sois mi Dios. Amén. Oh Dios, que quisiste agregar a tu Iglesia las naciones de las Indias por la predicación y por los milagros de San Francisco Javier: concédenos que, pues veneramos la gloria de sus insignes merecimientos, imitemos, también los ejemplos de sus heroicas virtudes. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.