El pasado 19 de noviembre celebramos en la Iglesia la 1st World Day of the Poor. El Papa escribió un message con motivo de esta jornada con el título: "No amemos de palabra sino con obras". Estas palabras del apóstol Juan expresan un imperativo que ningún cristiano puede ignorar. La Iglesia desde siempre ha comprendido la importancia de esa apelación. Los primeros cristianos "Vendían sus posesiones y repartían sus bienes entre todos". Pero también es cierto que a veces la mundanalidad y el materialismo se ha metido en nuestras vidas. Esto hace que sea necesario volver a profundizar en lo esencial.
Como Francisco indica en su mensaje: "Estamos llamados a tender la mano a los pobres, a encontrarlos, a mirarlos a los ojos, a abrazarlos, para hacerles sentir el calor del amor que rompe el círculo de soledad. Su mano extendida hacia nosotros es también una llamada a salir de nuestras certezas y comodidades, y a reconocer el valor que tiene la pobreza en sí misma".
Esta jornada iba encaminada a esto: a profundizar en el valor de la pobreza y a no ser indiferentes ante las necesidades y sufrimientos ajenos. Como el Papa explica: "Al final del Jubileo de la Misericordia quise ofrecer a la Iglesia la Jornada Mundial de los Pobres, para que en todo el mundo las comunidades cristianas se conviertan cada vez más y mejor en signo concreto del amor de Cristo por los últimos y los más necesitados. compartir con los pobres nos permite entender el Evangelio en su verdad más profunda. (...) Los pobres no son un problema, sino un recurso al cual acudir para acoger y vivir la esencia del Evangelio".
Francisco ha celebrado una Misa para más de seis mil pobres de varios países europeos, así como inmigrantes y refugiados, en San Pedro. En ella pedía al Señor que nos dé la sabiduría de buscar lo que cuenta y el valor de amar, no con palabras sino con hechos. A continuación te dejamos un resumen de su homilía en tuits para que la medites y consideres en tu oración: https://twitter.com/i/moments/932360741860016129
