La gratitud es una valiosa moneda que tenemos, y que podemos pasar a los demás sin temor a la quiebra. -Fred W.V. Amburgh- Jesús Gutiérrez Rey ?Susi para los amigos? es un montañero español de 45 años que se embarcó el 22 enero de 2019 en unas labores de rescate de tres escaladores desaparecidos en el monte Fitz Roy de la Patagonia argentina. Durante la búsqueda, Susi cayó por un precipicio de 30 metros. Así lo cuenta él en una entrevista al diario ABC: «Estaba en una especie de terraza con mi grupo y hacía mucho viento. Se formó un torbellino y me desequilibré; lo siguiente que noté fue cómo caía. Lo primero que hice fue contraerme para preparar mi cuerpo contra los golpes. Entonces empecé a contar en mi mente, con cada número, un impacto: boom, boom, boom. Un fuerte golpe, desconecté, y pensé: ya está, se acabó». Eran las dos de la madrugada, llovía y la sensación térmica era de -15°C. Susi cayó al agua helada; tenía rotas las costillas, el codo, la clavícula y varias partes de la pierna. Su recuperación fue en el Hospital de Calafate, donde lo primero que hicieron fue drenarle un pulmón lleno de líquido. Allí permaneció dos meses hasta que recibió el visto bueno para volar a España. Él lo tiene claro: «Quiero ser completamente independiente y romper poco a poco las barreras. Mi intención es volver a la Patagonia y hacer algo grande, pero el simple hecho de estar aquí, compartiendo la vida, es un regalo». La gratitud es uno de los sentimientos más beneficiosos que podemos experimentar; nos permite centrarnos en los aspectos positivos y genera una sensación de tranquilidad casi instantánea. Por eso es una excelente estrategia recurrir a la gratitud cuando todo parece ir mal y tendemos a revestirnos de negativismo. Al cultivar la gratitud dejamos de centrarnos solo en lo negativo y aprendemos a valorar también las cosas positivas y nos acostumbramos a dar las gracias por todo lo que tenemos en la vida. Al amanecer, siempre tenemos motivos para agradecer por esos amigos que se volvieron familia, por los sueños que se han cumplido y por toda la vida recibida. Y para adquirir este hábito de agradecimiento, es muy saludable adquirir la costumbre de que, cuando la vida discurre con viento a favor, demos gracias y sonriamos; y cuando la vida se pone cuesta arriba, dar gracias y crecer, porque, con la orientación bien dirigida, siempre, siempre, la vida es un regalo.
