http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2017/01/mantener-el-rumbo-2-1-e1484297665262.jpg" rel="attachment wp-att-866"> Puedes mantener tu propio cielo o tu propio infierno en la tierra. -Sir John Templeton- Cayetano Fernández Cabello (Cádiz,1820-Sevilla,1901) fue un sacerdote y poeta español. Isabel II le encargó la educación de su hijo, el futuro Alfonso XII. Para él escribió Fábulas ascéticas en verso castellano y en variedad de metros. He aquí la titulada: La virtud y el vicio.
Con diabólico estruendo, por su camino, el Vicio va corriendo con desatino; mientras despacio la Virtud va siguiendo su recto espacio.
Aquél le grita: —¿Adónde corres tan viva? Y la Virtud responde también festiva: — Repare el Majo que yo voy cuesta arriba y él cuesta abajo.
Suele ocurrir que los éxitos fáciles e inmediatos nos tientan a abandonar el buen camino emprendido, pero, sea lo que sea nuestra meta, la única manera de llegar allí, consiste en mantener los ojos fijos en el final de la senda. Y cuando algo exótico nos tiente a elegir una travesía más fácil, no caer en la trampa, porque el camino más seguro —aunque no siempre sea el más sencillo— es el que lleva directamente a la meta con el menor número posible de distracciones y salidas en falso. Como dice un proverbio budista: Si vas bien orientado, lo único que has de hacer es seguir caminando. Seguir caminando porque crees en ti mismo, en tu capacidad de enfrentar las dificultades, en la seguridad adquirida merced a las experiencias acumuladas a lo largo de la vida. Seguir desarrollando la capacidad de regocijarte en los sucesos ya acaecidos, y continuar caminando en dirección a lo más alto de la meta. ¡Ah!, y muy importante: ¡permite que la alegría sea tu brújula! Muchas personas saben lo que quieren de la vida, pero son pocas las que transforman sus sueños en un itinerario cuidadosamente planificado y exitoso, porque les falta el propósito, la intención, la motivación y el espíritu de superación con el que se debe hacer cualquier cosa. Aseguran que todos tenemos capacidad para crecer y llegar a ser tan útiles como felices, pero para ello es importante que el proceso natural hacia la cumbre siga su curso avanzando, buscando nuevas y mejores formas de vivir, descubriendo recursos ocultos, y propiciando el progreso y el crecimiento nuestro y el de los que nos rodean. Cuando crecemos y nuestras necesidades cambian, podemos percatarnos de que tenemos dentro todo lo que necesitamos para configurar vidas llenas de alegría, utilidad, prodigio y valor. ¿La varita mágica? Solo es cuestión de saber orientarnos bien y… mantener el rumbo.