Surfing life

12/01/2018 | By Arguments

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catechesis

la chispa

">http://www.arguments.es/wp-content/uploads/lachispa/2018/01/surfear-la-vida-e1515749986284.jpg"> El emprendedor siempre busca el cambio, responde a él y lo utiliza como oportunidad. -Peter Drucker-  El surf es una actividad recreativa o deportiva que consiste en deslizarse por el mar manteniéndose de pie sobre una tabla que es empujada por las olas. De ahí que surfear la vida es el arte de no dejarse aplastar por el mar de la vida cada vez que esta se encrespa, sino saber subir a la cumbre de la ola para disfrutar, desde allí, de una vista espléndida mientras avanzamos. Robert Capa, seudónimo de Endre Ern? Friedmann (Hungría 1913, Vietnam 1954), fue un corresponsal gráfico de guerra y fotoperiodista húngaro del siglo XX. Cubrió diferentes conflictos: la guerra civil española, la segunda guerra chino-japonesa, la segunda guerra mundial, la guerra árabe-israelí de 1948 y la primera guerra de Indochina. En París en 1947, fundó, junto con David «Chim» Seymour, Henri Cartier-Bresson, George Rodger y William Vandivert, la organización Magnum Photos, la primera agencia de cooperación para fotógrafos independientes de todo el planeta. Su primer reportaje fotográfico de guerra lo realizó con una pequeña cámara compacta Leica y un montón de carretes. Así se inició uno de los primeros fotógrafos de guerra de la historia del periodismo. Un hombre emprendedor, simpático, valiente, que no se apoltronó en su diario vivir, sino que hizo de su vida una aventura. Robert Capa exprimió sus días, vivió intensamente. Apostó por jugar fuerte, sin temor, y cabalgó sobre su destino, sobre su vida. Considerado como uno de los mejores —si no el mejor— fotoperiodista de la historia. Su espíritu indómito lo llevó a tener una vida de película antes de morir en la guerra de Indochina a los 41 años. Nunca cayó en algo bastante frecuente hoy: el neuroticismo, ese «arte» de amargarse la vida mediante la tortura mental que lleva a la depresión, la ansiedad y la obsesión, perdiendo así la posibilidad de vivir plenamente, disfrutando de la vida mientras amamos, aprendemos y descubrimos nuevos objetivos. Continuamente, cada día, la vida nos pone en la disyuntiva: pesimismo/optimismo. Hay que escoger; podemos forjarnos una vida libre de miedos, abierta a la aventura. Nos cotará esfuerzo continuado, pero se puede lograr. ¡Qué diferente es surfear la vida por encima de sus olas, a vivir sumergidos, siempre medio ahogados, vapuleados por las corrientes marinas! Este es el desafío entusiasmante: dejarse aplastar por la vida o surfearla. Soportar impotentes las embestidas de un mar hostil, que nos domina, o avanzar cabalgando gozosamente sobre las olas, o sea, surfear la vida.

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