“Antes, solo, no podías. Ahora, has acudido a la señora, y, con ella, ¡qué fácil!", San Josemaría.
“Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte”, San Pío de Pietrelcina.
Conoce los distintos modos de referirse a los misterios, apariciones, dones o atributos de la Virgen María que rodean a la devoción de una imagen determinada.
Algunas de advocaciones las más populares o conocidas son: el Pilar, la Santina, la Moreneta, la Virgen de Guadalupe, la Almudena, el Rocío, el Carmen, Lourdes, la Asunción, la Encarnación, la Dolorosa, Fátima, la Inmaculada, la Virgen de los Desamparados, Nuestra Señora de Coromoto, la Virgen de Loreto, la Merced, Nuestra Señora del Rosario, la Milagrosa, Nuestra Señora de Luján, Nuestra Señora de los Ángeles, etc.
“Si yo no tuviera a la Madre de Dios que me defiende a cada paso de los peligros del alma, ya habría caído el poder de Satanás”, Santo Cura de Ars.
“Si se levanta la tempestad de las tentaciones, si caes en el escollo de las tristezas, eleva tus ojos a la Estrella del Mar: ¡invoca a María!”, San Bernardo.
“María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno. María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo”, San Agustín.
