" Tener en la familia un niño con Síndrome de Down, es una de las mejores cosas que te pueden ocurrir. Lo primero, porque es una fuente de amor ".
Así de categórico se muestra Luis Chiva, ginecólogo y padre de 8 hijos, en una interview en la que habla de su hijo pequeño, José María, que tiene Síndrome de Down. Se asegura en los círculos médicos que los niños con síndrome de Down están en peligro de extinción. De hecho, tal y como señalamos en un post del especial del Día Mundial del Síndrome de Down, el nacimiento de personas con esta anomalía se ha reducido en un 90% en los últimos años a causa del aborto eugenésico. Esta realidad se debe, en parte, a que muchas embarazadas se someten a una prueba prenatal llamada amniocentesis. Con este análisis, que conlleva muchos riesgos tanto para ellas como para el bebé, sabrán, entre otras cosas, si su hijo tiene o no Síndrome de Down. En función del resultado, hay madres que deciden no seguir adelante con su embarazo. La inseguridad o el miedo son muchas veces las que llevan a estas mamás a abortar. Antes de la prueba esperaban que su niño fuera “normal”. También piensan que su hijo no sería feliz, que sufriría. Probablemente no tienen a nadie cerca para hablarles de cómo son estos niños y de cómo los de su entorno reciben de ellos el ciento por uno de lo que les dan. Manifiesta la gran alegría que ha transmitido José María a la familia y cómo para él personalmente, fue su pequeño gran apoyo cuándo le diagnosticó leucemia.