"Como el pueblo estaba a la expectativa, y todos se preguntaban en sus corazones acerca de Juan, si no sería él el Cristo, Juan respondió, diciendo a todos: "Yo os bautizo con agua; pero viene el que es más poderoso que yo; a quien no soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él os bautizará con el Espíritu Santo y fuego". El bieldo está en su mano para limpiar completamente su era y recoger el trigo en su granero; pero quemará la paja en fuego inextinguible. Y también con muchas otras exhortaciones Juan anunciaba las buenas nuevas al pueblo", (Lucas 3:15-18).
En Lucas 1:44, se dice que Juan el Bautista salta de alegría ante la presencia de Jesús, su primo no nacido. Isabel sabía que el niño que María llevaba en su vientre era la personificación de la esperanza y se alegró con su hijo por ello. Juan estaba celebrando en ese momento el inminente final de la espera de su pueblo por el Salvador, el inminente final de la tiranía del pecado y de la muerte. "Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre".
Más tarde, en Lucas 2:10, el ángel anunciando el cercano nacimiento de Cristo a los pastores, les dice: "No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo. Hoy les ha nacido en la Ciudad de David un Salvador, que es Cristo el Señor". El orden en que sucede todo esto es importante. En primer lugar, el ángel les dice a los pastores que no sientan temor ante lo que está delante de ellos -es decir, su propia presencia angélica -de modo que puedan oír claramente el importante mensaje que les anuncia. Les dice también que no teman para que puedan centrarse en la alegría de lo que va a suceder.
Si hoy hablamos de aquellos que están considerando el aborto, la lista de temores cambia de unos padres a otros, pero el problema que subyace es el mismo. Están tan centrados en el temor que se pierden el importante mensaje: la nueva vida que está formándose es un acontecimiento a celebrar.... a pesar de las circunstancias. Quizás han perdido la alegría. Quizás están abrumados por la ansiedad y el sentimiento de culpa. Las situaciones nos pueden robar fácilmente la alegría fundamental que viene de la salvación, o de de lo que ese bebé, convertido en adulto hizo por nosotros en la cruz. Es urgente que busquemos la oportunidad de compartir la Palabra con todos los que luchan por una decisión sobre el embarazo de modo que podamos abordar sus temores con un mensaje que afirme la vida y la alegría perdurable.
No es casualidad que el tema propuesto para esta semana sea el mismo con el comienza litúrgicamente: el Domingo Gaudete. Te recordamos qué significado tiene y qué manifestaciones tiene en las celebraciones litúrgicas y su sentido profundo.
Esta semana, unámonos en la oración :