A continuación recopilamos todos los mensajes del Papa Francisco para la Cuaresma desde el inicio de su pontificado con las ideas más importantes de los mensajes, consejos prácticos sobre cómo vivir la Cuaresma e ideas para poner en práctica en nuestras vidas durante este tiempo litúrgico.
La Cuaresma es como una excursión de montaña, requiere esfuerzo, pero llegar a la cima merece la pena.
"El evangelio de la Transfiguración se proclama cada año en el segundo domingo de Cuaresma. En efecto, en este tiempo litúrgico el Señor nos toma consigo y nos lleva a un lugar apartado. Aun cuando nuestros compromisos diarios nos obliguen a permanecer allí donde nos encontramos habitualmente, viviendo una cotidianidad a menudo repetitiva y a veces aburrida, en Cuaresma se nos invita a “subir a un monte elevado” junto con Jesús, para vivir con el Pueblo santo de Dios una experiencia particular de ascesis". La ascesis cuaresmal es un compromiso, animado siempre por la gracia, para superar nuestras faltas de fe y nuestras resistencias a seguir a Jesús en el camino de la cruz.
"Debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades. Es necesario ponerse en camino, un camino cuesta arriba, que requiere esfuerzo, sacrificio y concentración, como una excursión por la montaña. Estos requisitos también son importantes para el camino sinodal que, como Iglesia, nos hemos comprometido a realizar. Nos hará bien reflexionar sobre esta relación que existe entre la ascesis cuaresmal y la experiencia sinodal".
"Al final de la subida, mientras estaban en lo alto del monte con Jesús, a los tres discípulos se les concedió la gracia de verle en su gloria, resplandeciente de luz sobrenatural. Una luz que no procedía del exterior, sino que se irradiaba de Él mismo. La belleza divina de esta visión fue incomparablemente mayor que cualquier esfuerzo que los discípulos hubieran podido hacer para subir al Tabor. Como en cualquier excursión exigente de montaña, a medida que se asciende es necesario mantener la mirada fija en el sendero; pero el maravilloso panorama que se revela al final, sorprende y hace que valga la pena. También el proceso sinodal parece a menudo un camino arduo, lo que a veces nos puede desalentar. Pero lo que nos espera al final es sin duda algo maravilloso y sorprendente, que nos ayudará a comprender mejor la voluntad de Dios y nuestra misión al servicio de su Reino".
"La novedad de Cristo es el cumplimiento de la antigua Alianza y de las promesas; es inseparable de la historia de Dios con su pueblo y revela su sentido profundo. De manera similar, el camino sinodal está arraigado en la tradición de la Iglesia y, al mismo tiempo, abierto a la novedad. La tradición es fuente de inspiración para buscar nuevos caminos, evitando las tentaciones opuestas del inmovilismo y de la experimentación improvisada. El camino ascético cuaresmal, al igual que el sinodal, tiene como meta una transfiguración personal y eclesial. Una transformación que, en ambos casos, halla su modelo en la de Jesús y se realiza mediante la gracia de su misterio pascual. Para que esta transfiguración pueda realizarse en nosotros este año, quisiera proponer dos “caminos” a seguir para ascender junto a Jesús y llegar con Él a la meta".
"El primero se refiere al imperativo que Dios Padre dirigió a los discípulos en el Tabor, mientras contemplaban a Jesús transfigurado. La voz que se oyó desde la nube dijo: «Escúchenlo» (Mt 17,5). Por tanto, la primera indicación es muy clara: escuchar a Jesús. La Cuaresma es un tiempo de gracia en la medida en que escuchamos a Aquel que nos habla. ¿Y cómo nos habla? Ante todo, en la Palabra de Dios, que la Iglesia nos ofrece en la liturgia. No dejemos que caiga en saco roto. Si no podemos participar siempre en la ">https://www.arguments.es/liturgia/9-ideas-para-vivir-mejor-la-santa-misa/">Misa, meditemos las lecturas bíblicas de cada día, incluso con la ayuda de internet. Además de hablarnos en las Escrituras, el Señor lo hace a través de nuestros hermanos y hermanas, especialmente en los rostros y en las historias de quienes necesitan ayuda".
"Al escuchar la voz del Padre, «los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: “Levántense, no tengan miedo”. Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo» (Mt 17,6-8). He aquí la segunda indicación para esta Cuaresma: no refugiarse en una religiosidad hecha de acontecimientos extraordinarios, de experiencias sugestivas, por miedo a afrontar la realidad con sus fatigas cotidianas, sus dificultades y sus contradicciones. La luz que Jesús muestra a los discípulos es un adelanto de la gloria pascual y hacia ella debemos ir, siguiéndolo “a Él solo”. La Cuaresma está orientada a la Pascua. El “retiro” no es un fin en sí mismo, sino que nos prepara para vivir la pasión y la cruz con fe, esperanza y amor, para llegar a la resurrección".
"Que el Espíritu Santo nos anime durante esta Cuaresma en nuestra escalada con Jesús, para que experimentemos su resplandor divino y así, fortalecidos en la fe, prosigamos juntos el camino con Él, gloria de su pueblo y luz de las naciones". El mensaje completo se puede leer en la página web del Vaticano.
«No nos cansemos de hacer el bien, porque, si no desfallecemos, cosecharemos los frutos a su debido tiempo. Por tanto, mientras tenemos la oportunidad, hagamos el bien a todos» (Ga 6,9-10a)
"Con demasiada frecuencia prevalecen en nuestra vida la avidez y la soberbia, el deseo de tener, de acumular y de consumir, como muestra la parábola evangélica del hombre necio, que consideraba que su vida era segura y feliz porque había acumulado una gran cosecha en sus graneros. La Cuaresma nos invita a la conversión, a cambiar de mentalidad, para que la verdad y la belleza de nuestra vida no radiquen tanto en el poseer cuanto en el dar, no estén tanto en el acumular cuanto en sembrar el bien y compartir". https://www.arguments.es/comunicarlafe/mensajes-del-papa-francisco-para-la-cuaresma/siembra/" rel="attachment wp-att-8132">"Durante la Cuaresma estamos llamados a responder al don de Dios acogiendo su Palabra «viva y eficaz». La escucha asidua de la Palabra de Dios nos hace madurar una docilidad que nos dispone a acoger su obra en nosotros, que hace fecunda nuestra vida. Si esto ya es un motivo de alegría, aún más grande es la llamada a ser «colaboradores de Dios», utilizando bien el tiempo presente para sembrar también nosotros obrando el bien". "En Dios no se pierde ningún acto de amor, por más pequeño que sea, no se pierde ningún «cansancio generoso». Al igual que el árbol se conoce por sus frutos, una vida llena de obras buenas es luminosa y lleva el perfume de Cristo al mundo". (...) "El fruto completo de nuestra vida y nuestras acciones es el «fruto para la vida eterna», que será nuestro «tesoro en el cielo»".
"La resurrección de Cristo anima las esperanzas terrenas con la «gran esperanza» de la vida eterna e introduce ya en el tiempo presente la semilla de la salvación". (...) "Dios «da fuerzas a quien está cansado, acrecienta el vigor del que está exhausto". (...) "La Cuaresma nos llama a poner nuestra fe y nuestra esperanza en el Señor, porque sólo con los ojos fijos en Cristo resucitado podemos acoger la exhortación del Apóstol: «No nos cansemos de hacer el bien»".
https://www.arguments.es/comunicarlafe/mensajes-del-papa-francisco-para-la-cuaresma/solidaridad/" rel="attachment wp-att-8133"> 2.1- "No nos cansemos de orar. Jesús nos ha enseñado que es necesario «orar siempre sin desanimarse» ( Lc 18,1). Necesitamos orar porque necesitamos a Dios". (...) "Que la Cuaresma nos permita ahora experimentar el consuelo de la fe en Dios, sin el cual no podemos tener estabilidad. Nadie se salva solo, porque estamos todos en la misma barca en medio de las tempestades de la historia; pero, sobre todo, nadie se salva sin Dios, porque sólo el misterio pascual de Jesucristo nos concede vencer las oscuras aguas de la muerte. La fe no nos exime de las tribulaciones de la vida, pero nos permite atravesarlas unidos a Dios en Cristo, con la gran esperanza que no defrauda y cuya prenda es el amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo". 2.2- "No nos cansemos de extirpar el mal de nuestra vida. Que el ayuno corporal que la Iglesia nos pide en Cuaresma fortalezca nuestro espíritu para la lucha contra el pecado". 2.3- "No nos cansemos de pedir perdón en el sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, sabiendo que Dios nunca se cansa de perdonar". 2.4- "No nos cansemos de luchar contra la concupiscencia, esa fragilidad que nos impulsa hacia el egoísmo y a toda clase de mal, y que a lo largo de los siglos ha encontrado modos distintos para hundir al hombre en el pecado". 2.5- "No nos cansemos de hacer el bien en la caridad activa hacia el prójimo. Durante esta Cuaresma practiquemos la limosna, dando con alegría". (...) "La Cuaresma es un tiempo propicio para buscar —y no evitar— a quien está necesitado; para llamar —y no ignorar— a quien desea ser escuchado y recibir una buena palabra; para visitar —y no abandonar— a quien sufre la soledad. Pongamos en práctica el llamado a hacer el bien a todos, tomándonos tiempo para amar a los más pequeños e indefensos, a los abandonados y despreciados, a quienes son discriminados y marginados".
"La Cuaresma nos recuerda cada año que «el bien, como también el amor, la justicia y la solidaridad, no se alcanzan de una vez para siempre; han de ser conquistados cada día». Por tanto, pidamos a Dios la paciente constancia del agricultor para no desistir en hacer el bien, un paso tras otro". "Que la Virgen María, en cuyo seno brotó el Salvador y que «conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón» nos obtenga el don de la paciencia y permanezca a nuestro lado con su presencia maternal, para que este tiempo de conversión dé frutos de salvación eterna". El mensaje completo se puede leer en la página web del Vaticano.
«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén...» (Mt 20,18). Francisco nos invita este tiempo de Cuaresma a renovar nuestra fe, la esperanza y la caridad: https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2019/02/confesión-penitencia-conversión-cuaresma-800x600.jpg" alt="" width="480" height="360" />"El ayuno, la oración y la limosna, tal como los presenta Jesús en su predicación (cf. Mt 6,1-18), son las condiciones y la expresión de nuestra conversión. La vía de la pobreza y de la privación (el ayuno), la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido (la limosna) y el diálogo filial con el Padre (la oración) nos permiten encarnar una fe sincera, una esperanza viva y una caridad operante". "Cada etapa de la vida es un tiempo para creer, esperar y amar. Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, y para compartir nuestros bienes, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre".
"La Cuaresma es un tiempo para creer, es decir, para recibir a Dios en nuestra vida y permitirle “poner su morada” en nosotros (cf. Jn 14,23). Ayunar significa liberar nuestra existencia de todo lo que estorba, incluso de la saturación de informaciones —verdaderas o falsas— y productos de consumo, para abrir las puertas de nuestro corazón a Aquel que viene a nosotros pobre de todo, pero «lleno de gracia y de verdad» (Jn 1,14): el Hijo de Dios Salvador".
"Esperar con Él y gracias a Él quiere decir creer que la historia no termina con nuestros errores, nuestras violencias e injusticias, ni con el pecado que crucifica al Amor. Significa saciarnos del perdón del Padre en su Corazón abierto". "En el actual contexto de preocupación en el que vivimos y en el que todo parece frágil e incierto, hablar de esperanza podría parecer una provocación. El tiempo de Cuaresma está hecho para esperar, para volver a dirigir la mirada a la paciencia de Dios, que sigue cuidando de su Creación, mientras que nosotros a menudo la maltratamos (cf. Carta enc. Laudato si’, 32-33;43-44)". "Es esperanza en la reconciliación (...). Al recibir el perdón, en el Sacramento que está en el corazón de nuestro proceso de conversión, también nosotros nos convertimos en difusores del perdón". "En el recogimiento y el silencio de la oración, se nos da la esperanza como inspiración y luz interior, que ilumina los desafíos y las decisiones de nuestra misión: por esto es fundamental recogerse en oración (cf. Mt 6,6) y encontrar, en la intimidad, al Padre de la ternura".
"La caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión". (...) "Vivir una Cuaresma de caridad quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19. En un contexto tan incierto sobre el futuro, recordemos la palabra que Dios dirige a su Siervo: «No temas, que te he redimido» (Is 43,1), ofrezcamos con nuestra caridad una palabra de confianza, para que el otro sienta que Dios lo ama como a un hijo". El mensaje completo se puede leer en la página web del Vaticano.
«En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios» (2 Co 5,20); éste es el título del mensaje del Papa para la Cuaresma de este año. Francisco nos propone volver continuamente al Misterio de la muerte y resurrección de Jesús, fundamento de la vida cristiana personal y comunitaria y nos anima a que tengamos estas tres actitudes durante esta Cuaresma:
"La alegría del cristiano brota de la escucha y de la aceptación de la Buena Noticia de la muerte y resurrección de Jesús: el kerygma. En este se resume el Misterio de un amor «tan real, tan verdadero, tan concreto, que nos ofrece una relación llena de diálogo sincero y fecundo»" (Exhort. ap. Christus vivit, 117). "«Mira los brazos abiertos de Cristo crucificado, déjate salvar una y otra vez. Y cuando te acerques a confesar tus pecados, cree firmemente en su misericordia que te libera de la culpa. Contempla su sangre derramada con tanto cariño y déjate purificar por ella. Así podrás renacer, una y otra vez». La Pascua de Jesús no es un acontecimiento del pasado: por el poder del Espíritu Santo es siempre actual y nos permite mirar y tocar con fe la carne de Cristo en tantas personas que sufren".
"La oración es muy importante en el tiempo cuaresmal. Más que un deber, nos muestra la necesidad de corresponder al amor de Dios, que siempre nos precede y nos sostiene. De hecho, el cristiano reza con la conciencia de ser amado sin merecerlo. La oración puede asumir formas distintas, pero lo que verdaderamente cuenta a los ojos de Dios es que penetre dentro de nosotros, hasta llegar a tocar la dureza de nuestro corazón, para convertirlo cada vez más al Señor y a su voluntad".
"Poner el Misterio pascual en el centro de la vida significa sentir compasión por las llagas de Cristo crucificado presentes en las numerosas víctimas inocentes de las guerras, de los abusos contra la vida tanto del no nacido como del anciano, de las múltiples formas de violencia, de los desastres medioambientales, de la distribución injusta de los bienes de la tierra, de la trata de personas en todas sus formas y de la sed desenfrenada de ganancias, que es una forma de idolatría". El mensaje completo se puede leer en la página web del Vaticano
El mensaje para la Cuaresma del Papa Francisco tiene como título “La creación, expectante, está aguardando la manifestación de los hijos de Dios”. El Papa Francisco propone en su mensaje para la Cuaresma 2019 tres puntos de reflexión: la redención de la creación, la fuerza destructiva del pecado y la fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón. Todas estas ideas llegan en un momento de renovación para la Iglesia con la fuerte crisis de abusos que ha vivido durante los últimos años y especialmente en los últimos meses. Antes de llegar a los tres puntos, el Papa señala que la Cuaresma es camino para la Pascua. La Resurreción nos da la esperanza y es por esa razón por la que tiene sentido este tiempo de conversión que es la Cuaresma, examinando estas tres ideas a las que hace referencia el Papa. 1. La redención de la creación Si vivimos realmente como hijos de Dios, teniendo presente en nuestra vida la muerte y resurrección de Jesús, la creación se beneficiará de nuestro modo de actuar: para esto quizá el mejor ejemplo es San Francisco de Asís. Cuando la caridad de Cristo transfigura la vida de los santos —espíritu, alma y cuerpo—, estos alaban a Dios y, con la oración, la contemplación y el arte hacen partícipes de ello también a las criaturas, como demuestra de forma admirable el “Cántico del hermano sol” de san Francisco de Asís (cf. Enc. Laudato si’, 87). 2. La fuerza destructiva del pecado Sin embargo, los hombres hemos pecado y tenemos comportamientos destructivos hacia nuestro prójimo, los demás hombres, y hacia el resto de las criaturas. Creemos que somos los señores del mundo y que podemos hacer lo que deseemos con los demás y con el mundo. Es la lógica de la dominación, la ley del más fuerte. Si no anhelamos continuamente la Pascua, si no vivimos en el horizonte de la Resurrección, está claro que la lógica del todo y ya, del tener cada vez más acaba por imponerse. 3. La fuerza regeneradora del arrepentimiento y del perdón Para luchar contra las inclinaciones del pecado llega la Cuaresma y las prácticas que ha recomendado tradicionalmente la Iglesia: ayunar, rezar y dar limosna. Ayunar para cambiar la actitud hacia las demás criaturas, rezar para renunciar a uno mismo y dar limosna, para salir de nosotros mismos y de nuestra acumulación de riquezas. La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es una llamada a los cristianos a encarnar más intensa y concretamente el misterio pascual en su vida personal, familiar y social, en particular, mediante el ayuno, la oración y la limosna. El mensaje completo se puede leer en la página web del Vaticano https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2019/02/Cuaresma19-600x600.jpg" alt="" width="600" height="600" />
Francisco nos alienta a vivir la Cuaresma con un mensaje para profundizar en su sentido. ”Deseo ayudar a toda la Iglesia a vivir con gozo y con verdad este tiempo de gracia”. (…) ”Dios nos ofrece cada año la Cuaresma, «signo sacramental de nuestra conversión», que anuncia y realiza la posibilidad de volver al Señor con todo el corazón y con toda la vida”.
https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/ppcuaresma2017-960-300x156.jpg" sizes="(max-width: 500px) 100vw, 500px" srcset="https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/ppcuaresma2017-960-300x156.jpg 300w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/ppcuaresma2017-960-768x400.jpg 768w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/ppcuaresma2017-960-800x417.jpg 800w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/ppcuaresma2017-960.jpg 960w" alt="ppcuaresma2017 960 300x156 - Mensaje para la Cuaresma 2018" width="500" height="260" />Francisco nos alerta contra los falsos profetas. Distingue entre dos tipos: a) Los encantadores de serpientes: son los que se aprovechan de las emociones humanas para esclavizarnos a través de ellas. Nos engañan haciéndonos confundir el placer momentáneo con la felicidad que anhelamos. b) Los charlatanes: ofrecen soluciones sencillas e inmediatas a los problemas difíciles. Soluciones que resultan ser inútiles finalmente: la droga, el alcohol, relaciones de “usa y tirar”… Son unos estafadores, porque no solo nos engañan al ser medidas ineficaces, sino que nos roban lo más valioso que tenemos: nuestra dignidad, nuestra libertad y nuestra capacidad de amar. El demonio ”presenta el mal como bien y lo falso como verdadero, para confundir el corazón del hombre”. Por eso el Papa nos anima a preguntarnos en el fondo de nuestro corazón qué cosas son las que nos dejan una huella profunda y llena de felicidad. Esas cosas son las que vienen de Dios y no del padre de la mentira.
”Lo que apaga la caridad es ante todo la avidez por el dinero” dice Francisco. Cuando esto sucede, los primeros contra los que cargamos son los más débiles, a los que consideramos una amenaza contra nuestros intereses: los enfermos, los ancianos, los extranjeros, el niño no nacido, etc. Después también cargamos contra el planeta, contra la creación. Y por último, se enfría el amor en nuestras comunidades. Las manifestaciones de este enfriamiento de la caridad son: ”la acedia egoísta, el pesimismo estéril, la tentación de aislarse y de entablar continuas guerras fratricidas, la mentalidad mundana que induce a ocuparse sólo de lo aparente, disminuyendo de este modo el entusiasmo misionero”.
https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/20150604cnsto0004popecorpuschristi-300x196.jpg" sizes="(max-width: 400px) 100vw, 400px" srcset="https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/20150604cnsto0004popecorpuschristi-300x196.jpg 300w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/20150604cnsto0004popecorpuschristi-768x502.jpg 768w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/20150604cnsto0004popecorpuschristi-800x522.jpg 800w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/20150604cnsto0004popecorpuschristi.jpg 1000w" alt="20150604cnsto0004popecorpuschristi 300x196 - Mensaje para la Cuaresma 2018" width="400" height="261" />El Papa nos propone dedicar más tiempo a la oración durante esta Cuaresma. El hábito de rezar hace que nuestro corazón descubra las mentiras, a veces ocultas, con las que nos engañamos a nosotros mismos. Y así podamos buscar y poner en el centro de él a Jesús. Y junto a la oración, la limosna. Su ejercicio ”nos libera de la avidez y nos ayuda a descubrir que el otro es mi hermano: nunca lo que tengo es sólo mío”. ”Cuánto desearía que la limosna se convirtiera para todos en un auténtico estilo de vida”. ”Cada limosna es una ocasión para participar en la Providencia de Dios hacia sus hijos”. Y por último, el ayuno. ”Nos despierta, nos hace estar más atentos a Dios y al prójimo, inflama nuestra voluntad de obedecer a Dios, que es el único que sacia nuestra hambre”. Mediante el ayuno experimentamos qué se siente al pasar necesidad. Nos hace más sensibles ante las carencias y sufrimientos de los demás. El ayuno nos ayuda a no volver la cara y hacer lo que esté en nuestra mano para aliviarlo.
https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-300x300.jpg" sizes="(max-width: 360px) 100vw, 360px" srcset="https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-300x300.jpg 300w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-150x150.jpg 150w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-768x770.jpg 768w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-599x600.jpg 599w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-50x50.jpg 50w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-100x100.jpg 100w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-500x500.jpg 500w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-1000x1000.jpg 1000w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/Confession_1-250x250.jpg 250w" alt="Confession 1 300x300 - Mensaje para la Cuaresma 2018" width="360" height="361" />”El corazón de Dios no se apaga. Él siempre nos da una nueva oportunidad para que podamos empezar a amar de nuevo”. Una ocasión propicia para vivir todo esto que nos propone el Papa será la iniciativa «24 horas para el Señor». Se nos invita nuevamente a celebrar el Sacramento de la Reconciliación en una jornada de adoración eucarística. Tendrá lugar de la noche del viernes 9 a la tarde del sábado 10 de marzo. Como telón de fondo este año están las palabras del Salmo 130,4: «De ti procede el perdón». ”En cada diócesis, al menos una iglesia permanecerá abierta durante 24 horas seguidas, para permitir la oración de adoración y la confesión sacramental”. ”Que la luz de Cristo, resucitado y glorioso, disipe las tinieblas de nuestro corazón y de nuestro espíritu», para que todos podamos vivir la misma experiencia de los discípulos de Emaús: después de escuchar la Palabra del Señor y de alimentarnos con el Pan eucarístico nuestro corazón volverá a arder de fe, esperanza y caridad”.
Te dejamos un resumen para que tengas a mano lo más importante del mensaje de Francisco para esta Cuaresma. https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-600x600.jpg" sizes="(max-width: 700px) 100vw, 700px" srcset="https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-600x600.jpg 600w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-150x150.jpg 150w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-300x300.jpg 300w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-768x768.jpg 768w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-50x50.jpg 50w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-100x100.jpg 100w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-500x500.jpg 500w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-1000x1000.jpg 1000w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1-250x250.jpg 250w, https://www.arguments.es/wp-content/uploads/comunicarlafe/2018/02/prueba1.jpg 1080w" alt="prueba1 600x600 - Mensaje para la Cuaresma 2018" width="700" height="700" />
El Papa Francisco nos invita en el mensaje para la Cuaresma 2017 a una conversión profunda, a volver a Dios “de todo corazón” (JI 2, 12). Esta conversión no nos hace contentarnos con una vida mediocre, sino que acrecienta nuestra amistad con el Señor. Francisco nos exhorta a “intensificar nuestra vida de espíritu” por medio del ayuno, la limosna y la oración a través de la meditación frecuente de la palabra de Dios. La parábola del hombre rico y el pobre Lázaro “nos da la clave para entender cómo hemos de comportarnos para alcanzar la verdadera felicidad y la vida eterna, exhortándonos a una sincera conversión”. Remarca tres puntos esenciales que surgen de la meditación de la parábola.
La parábola nos presenta los dos personajes. Sin embargo, la descripción del pobre es mucho más detallada. “El pobre se llama Lázaro: un nombre repleto de promesas, que significa ‘Dios ayuda'”. Se nos muestra como alguien que nos es conocido. “Tiene un rostro; y como tal es un don, de valor incalculable, un ser amado por Dios, aunque su condición concreta sea la de un desecho humano”. Mientras que para el rico es alguien totalmente invisible. Lázaro nos enseña que el otro es un don. El pobre en la puerta del rico no es una molestia, sino una llamada a convertirse y cambiar. “La Cuaresma es un tiempo propicio para abrir la puerta a cualquier necesitado y reconocer en él el rostro de Cristo”. Pero para hacer esto hay que tomar en serio lo que nos revela la parábola sobre el hombre rico.
El rico, al contrario que el pobre Lázaro, no tiene nombre, se califica sólo como “rico”. En él se entrevé la corrupción del pecado. Aquí el Papa Francisco recurre al esquema ignaciano. Este revela esencialmente como Lucifer exhorta a los espíritus malignos a echar redes y cadenas; de manera que primero deberán tentar de “codicia de riquezas”. El apóstol Pablo dice que la codicia es la raíz de todos los males, esta es una lógica egoísta que lleva fácilmente al “vano honor del mundo”. Su personalidad fundada en la apariencia esconde un vacío interior prisionera de la exterioridad. El peldaño más bajo es la crecida soberbia, que lleva a la ceguera de las personas que están a su alrededor. “El rico no ve al pobre hambriento, llagado y postrado en su humillación”.
“La liturgia del Miércoles de Ceniza nos invita a vivir una experiencia semejante a la que el rico ha vivido de manera muy dramática”. Esto mediante las siguientes palabras de la Escritura: “Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”. La parábola se dirige al más allá, cuando el rico mantiene un diálogo con Abraham, demostrando que pertenece al pueblo de Dios. Ese aspecto hace su vida todavía más contradictoria, pues en ella no había lugar para Dios. La parábola se prolonga, y de esta manera se convierte en mensaje para todos los cristianos, después de su muerte descubrimos “el verdadero problema del rico: la raíz de sus males está en no prestar oído a la Palabra de Dios; esto es lo que le llevó a no amar ya a Dios y por lo tanto a despreciar al prójimo. La palabra de Dios es una fuerza viva, capaz de suscitar la conversión del corazón y orientarlo a Dios”. Finalmente, el Papa recuerda que “la Cuaresma es el tiempo propicio para renovarse en el encuentro con Cristo vivo en su Palabra, en los sacramentos y en el prójimo”. Solo así daremos pleno testimonio de la alegría de la Pascua.
La Cuaresma del Año de la Misericordia es especial. El Papa Francisco pide que la vivamos con mayor intensidad en los puntos 17 y 18 de la Misericordiae Vultus. Recopilamos en esta entrada las recomendaciones que el Papa nos hacía en la bula.
Francisco nos señala dos textos en concreto. a. Miqueas 7, 18-19. “¿Qué Dios hay como Tú, que quite la culpa y pase por alto el delito del Resto de tu heredad? No mantendrá su cólera por siempre pues se complace en el amor; volverá a compadecerse de nosotros, pisoteará nuestras culpas. ¡Tú arrojarás al fondo del mar todos nuestros pecados!”. b. Isaías 58, 6-11. “Este es el ayuno que yo deseo: soltar las cadenas injustas, desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos; compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas desnudo y no abandonar a tus semejantes. Entonces despuntará tu luz como la aurora y tu herida se curará rápidamente; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá: “¡Aquí estoy!”. Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si partes tu pan con el hambriento y sacias al afligido de corazón, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía. El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan”.
Una jornada completa dedicada a la oración que corresponde al viernes y sábado antes del IV Domingo de Cuaresma: 3 y 4 de marzo. El Papa recuerda que es un día muy oportuno para acudir al sacramento de la Reconciliación (confesión).
Ellos son, en palabras de Francisco, “un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón”.
En el mensaje para la Cuaresma de 2016, Francisco explica que podemos salir de nuestro egoísmo y “alienación existencial” gracias a las obras de misericordia. Así, a través de las obras de misericordia corporales “tocamos la carne de Cristo en los hermanos y hermanas que necesitan ser nutridos, vestidos, alojados, visitados, mientras que las espirituales tocan más directamente nuestra condición de pecadores: aconsejar, enseñar, perdonar, amonestar, rezar. Por tanto, nunca hay que separar las obras corporales de las espirituales”.
Francisco destaca en el mensaje para la Cuaresma que “María, después de haber acogido la Buena Noticia que le dirige el arcángel Gabriel, canta proféticamente en el Magnificat la misericordia con la que Dios la ha elegido. La Virgen de Nazaret, prometida con José, se convierte así en el icono perfecto de la Iglesia que evangeliza, porque fue y sigue siendo evangelizada por obra del Espíritu Santo, que hizo fecundo su vientre virginal. En la tradición profética, en su etimología, la misericordia está estrechamente vinculada, precisamente con las entrañas maternas (rahamim) y con una bondad generosa, fiel y compasiva (hesed) que se tiene en el seno de las relaciones conyugales y parentales”.
En este segundo mensaje de Cuaresma el Papa Francisco propuso superar la indiferencia hacia nuestros hermanos. Rezar por los demás, gestos concretos de caridad con los hermanos y pedir al Señor por nuestra conversión: "Tener un corazón misericordioso no significa tener un corazón débil. Quien desea ser misericordioso necesita un corazón fuerte, firme, cerrado al tentador, pero abierto a Dios. Un corazón que se deje impregnar por el Espíritu y guiar por los caminos del amor que nos llevan a los hermanos y hermanas. En definitiva, un corazón pobre, que conoce sus propias pobrezas y lo da todo por el otro".
Fue el primer mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma. Destacó especialmente el tema de la pobreza: los cristianos, a imitación de Cristo, tenemos que ser pobres y anunciar el Evangelio luchando contra la miseria espiritual. Y no solo eso, la Cuaresma es el tiempo para renunciar a algo que realmente nos cueste: "La Cuaresma es un tiempo adecuado para despojarse; y nos hará bien preguntarnos de qué podemos privarnos a fin de ayudar y enriquecer a otros con nuestra pobreza. No olvidemos que la verdadera pobreza duele: no sería válido un despojo sin esta dimensión penitencial. Desconfío de la limosna que no cuesta y no duele".
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