Cáliz, Patena, Corporal

10/06/2015 | Por Arguments

Eucaristía

vocabulario litúrgico

CÁLIZ

La palabra latina "calix" designaba un vaso con forma de copa para beber, común ya en tiempos de Jesucristo. Podía ser de materiales diversos. Jesucristo lo empleó en la Última Cena y los primeros cristianos continuaron esta tradición. San Pablo deja un testimonio elocuente de la importancia simbólica que comportaba: “Al beber todos del mismo cáliz, dejamos de ser muchos y nos hacemos uno” (1Co 10, 16). Desde entonces el cáliz en la liturgia es el vaso sagrado destinado a contener la Sangre de Cristo. Su forma ha variado. Los cálices antiguos se asemejaban a una taza o ánfora, con una copa muy ancha y profunda, que estaba unida al pie con un cuello muy corto. Hasta el año mil se distinguen dos clases de cálices: los ministeriales y los mayores. Los mayores, que eran muy pesados y con bastante capacidad, se colocaban sobre el altar y tenían el vino que era consagrado. De ellos se vertía a los ministeriales, o cálices que se usaban para la comunión de los fieles. A partir del siglo XIII, el estilo gótico modifica sensiblemente las formas tradicionales, así como posteriormente en el barroco. Por su uso se pide que esté realizado con materiales sólidos, nobles, y que no absorban el vino que contienen. También se bendicen los cálices (Bendicional nn. 1180-1211) para dedicarlos exclusivamente al culto. Dado que el cáliz se usa en la Misa desde la presentación de las ofrendas hasta después de la comunión, conviene que esté sobre el altar sólo en ese intervalo de la celebración: el altar no debería convertirse en una mesa donde dejar objetos.

PATENA

Es una bandejita o platillo poco profundo, ligeramente cóncavo y normalmente dorado, donde se deposita el pan consagrado en la celebración de la Eucaristía. Al igual que otros objetos destinados de modo permanente al culto, se bendicen especialmente (Bendicional, n. 1186), dentro de la Misa de modo habitual con unos textos adecuados (Bendicional, nn. 1190-1211). Esta bendición será perfeccionada por su uso litúrgico, es decir, cuando contengan y entren en contacto con el Cuerpo de Cristo. En las ordenaciones sacerdotales uno de los ritos explicativos (en la llamada traditio instrumentorum) es precisamente la entrega del cáliz junto con la patena, como signo del ministerio que van a desempeñar.

CORPORAL

Hacia el siglo VIII, en vez de un solo mantel como hasta entonces, comienzan a colocarse varios manteles sobre el altar. El mantel superior, que recibía directamente el Cuerpo de Cristo, comenzó a llamarse corporal. El nombre le viene precisamente de su cercanía al Corpus Christi (Cuerpo de Cristo) que adoramos sobre el altar. Es un lienzo cuadrado (que habitualmente se guarda plegado), que se sitúa a partir del ofertorio sobre el altar para depositar allí las especies eucarísticas. Debe ser de lino blanco o de un tejido similar también blanco y de buena calidad. A veces lleva bordada una cruz en el centro. Puede almidonarse.  

FUENTE: J. Aldazábal, Vocabulario básico de liturgia, CPL, Barcelona 1994. P. J. Elliot, Guía práctica de liturgia, Eunsa, Pamplona 1996.

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