Un año más nos adentramos en la Cuaresma, uno de los tiempos litúrgicos fuertes de la Iglesia. En Arguments te lo queremos poner fácil y por eso hemos recopilado todo lo que necesitas saber sobre la Cuaresma para poder vivirla sacándole el máximo partido.
El miércoles de ceniza iniciamos un nuevo tiempo litúrgico: la Cuaresma. Es un tiempo que precede y predispone para la celebración de la Pascua. Es momento de escucha privilegiado de la Palabra de Dios, de conversión, de preparación y de memoria del propio Bautismo (antiguamente era el tiempo en el que se impartía la catequesis a los que iban a recibir los sacramentos de la Iniciación Cristiana en la gran Vigilia Pascual), de reconciliación con Dios y con los hermanos y de un recurso mucho más frecuente de la penitencia cristiana: el ayuno, la oración y la limosna.
"La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto". Propone el ejemplo de Cristo en su retiro al desierto, como preparación de las solemnidades pascuales. Este tiempo es particularmente apropiado para los ejercicios espirituales, las liturgias penitenciales, las peregrinaciones como signo de penitencia, las privaciones voluntarias como el ayuno y la limosna, y la comunicación cristiana de bienes (obras caritativas y misioneras).
La imposición de la ceniza en la frente de los fieles es el inicio de este camino. Constituye una invitación a la conversión y a la penitencia. Las cenizas proceden de las ramas de olivo bendecidas el Domingo de Ramos del año anterior. ''Este esfuerzo de conversión no es sólo una obra humana. Es el movimiento del corazón contrito, atraído y movido por la gracia a responder al amor misericordioso de Dios que nos ha amado primero''. La Cuaresma nos prepara para participar en la fiesta más grande del año: la Resurrección del Señor. Es por ello uno de los tiempos litúrgicos fuertes para la Iglesia.
Este santo Tiempo de Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza y llega hasta la Semana Santa. Durante estos días meditamos y asimilamos el misterio del Señor siendo tentado en el desierto por Satanás y su subida a Jerusalén para su Pasión, Muerte, Resurrección y Ascensión a los cielos. El comienzo de los cuarenta días de penitencia se caracteriza por el austero símbolo de la imposición de ceniza en la cabeza a la vez que se nos recuerda que hemos de convertirnos y creer en el Evangelio (“Convertíos y creed en el Evangelio”), y que somos polvo, hombres pecadores, criaturas y no Dios (“Acuérdate de que eres polvo y al polvo volverás”).
Como tiempo de penitencia, la Cuaresma es un buen momento para confesarse. No es obligatorio, ni hay ningún mandato de la Iglesia que obligue a ello pero encaja muy bien con una de las fórmulas de la imposición de la ceniza, que marcan el inicio de este tiempo de preparación para la Pascua.
"Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás"
"Conviértete y cree en el Evangelio"
En las dos fórmulas anteriores hay un elemento común: la conversión. Y ésta es solo posible con el arrepentimiento y el cambio de vida. Por ello, la confesión en Cuaresma es una manera práctica de pedir perdón a Dios por nuestros pecados y recomenzar. ¿No sabes cómo confesarte? ¿Tienes dudas? En esta guía encontrarás la respuesta a todas las preguntas relacionadas con la confesión. Desde cómo confesarte, los pasos que debes seguir o algunos exámenes de conciencia con preguntas.
Los mensajes más relevantes de los 3 últimos Papas en pequeñas píldoras con las que puedes rezar:
El color propio de este tiempo litúrgico es el morado, pues es sinónimo de penitencia. Es este color signo de dolor y de esperanza a la vez. En el IV Domingo de Cuaresma, llamado Laetare, se usa el color rosa. Con él se expresa que en medio del desierto cuaresmal, de ascenso a Jerusalén, a la Pascua, hay oasis, hay promontorios desde donde otear el horizonte y ver que ya queda menos. Una gota del color blanco de la fiesta, de la victoria pascual cae en el morado del dolor y de la penitencia y lo “alivia”.
Al ser un tiempo penitencial y de preparación, la liturgia es mucho más sobria, pero no por ello menos rica y efusiva. Desde el Miércoles de Ceniza hasta Semana Santa la Iglesia enmudece y no entona ni el grito de júbilo de la resurrección, el Aleluya, ni el himno que entonan los ángeles, el Gloria. Pero no solo esto, pues la música se hace mucho más sobria, solo usada para sostener el canto, sin adornos ni florituras y nunca música instrumental. Con esta sobriedad musical se remarca el carácter penitencial y austero, y así en el Tiempo de Pascua, la explosión de música, Aleluya y Gloria queda más patente, pudiendo ser una catequesis sensorial de que Cristo ha resucitado. Con las flores y los adornos del altar y presbiterio podemos decir lo mismo que con la música. Las flores y los adornos desaparecen para dejar paso a la austeridad.
¿Qué sabes sobre este tiempo Litúrgico? ¿Qué significado tiene el color morado? ¿Por qué no se debe comer carne los viernes de Cuaresma? Estas y otras preguntas vienen contestadas con brevedad, pero también con profundidad, en este PDF que puedes descargarte o en nuestro webstories: