“Entonces vino Jesús al Jordán desde Galilea, para ser bautizado por Juan. Pero éste se resistía diciendo:
—Soy yo quien necesita ser bautizado por ti, ¿y vienes tú a mí?
Jesús le respondió:
—Déjame ahora, así es como debemos cumplir nosotros toda justicia.
Entonces Juan se lo permitió. Inmediatamente después de ser bautizado, Jesús salió del agua; y entonces se le abrieron los cielos, y vio al Espíritu de Dios que descendía en forma de paloma y venía sobre él. Y una voz desde los cielos dijo:
—Éste es mi Hijo, el amado, en quien me he complacido”, (Mt 3, 13-17)
El Bautismo es el primer sacramento de iniciación cristiana. Recibe este nombre en razón del rito central con el cual se celebra: bautizar significa «sumergir» en el agua; quien recibe el bautismo es sumergido en la muerte de Cristo y resucita con Él «como una nueva criatura» (2 Co 5, 17). Se llama también «baño de regeneración y renovación en el Espíritu Santo» (Tt 3, 5), e «iluminación», porque el bautizado se convierte en «hijo de la luz» (Ef 5, 8).
El Bautismo del Señor se celebra el domingo siguiente a la fiesta de la Epifanía. Con él concluye el tiempo de Navidad y comienza el Tiempo Ordinario. Con este episodio también comienza la vida pública de Jesús. Después de treinta años de vivir una vida sencilla, de trabajo, de familia, Jesús deja todo atrás y comienza la etapa de la predicación y anuncio del Reino de Dios. Pasará tres años dedicados a cumplir su misión, predicando, curando, enseñando. Es el momento de anunciar el Reino de Dios, de dar las pistas necesarias para alcanzar la salvación.
"Algunos dicen: '¿Para qué bautizar a un niño que no entiende nada...?' Esperemos a que crezca y entienda y él mismo pida bautizarse. Pero esto significa no confiar en el Espíritu Santo, porque cuando bautizamos a un niño, entra en él el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo hace que crezcan en el niño las virtudes cristianas, que luego florecen. Siempre se debe dar a los niños esta oportunidad de tener dentro al Espíritu Santo que les guíe durante su vida. No os olvidéis de bautizar a los niños", Francisco.
Te acompañamos con nuestra voz a rezarlo:
8 ideas del Papa Francisco a cerca del bautismo para meditar: