">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/culturadelavida/2013/11/20131125-105233.jpg"> Hoy se cumple una semana desde que cogí el avión, rumbo a España, y ya son muchas cosas las que echo de menos. Mil cosas por las que solo puedo dar gracias.

Hace tres meses, fui a Nueva York a intentar hacer del mundo un lugar un poco más y mejor habitable. Con haber salvado una sola vida en la llamada “Capital del aborto” en América, el viaje ya habría merecido mil veces la pena. La experiencia ha superado con creces mis expectativas: vuelvo a casa con ocho ‘ahijaditos’. Ocho niños de los que sé con certeza que, en pocos meses, vivirán el amor incondicional de sus madres. Estas mujeres –con las que muchas sigo manteniendo el contacto–, vieron en el aborto su única salida. Gracias a una conversación, una palabra de aliento, un encuentro fortuito, decidieron darse una oportunidad y seguir adelante con el embarazo. Hoy puedo decir que comparto con ellas su alegría.

Además de ultimar los preparativos típicos de cualquier viaje –maletas, regalos, visitas...-, quise aprovechar los pocos días que me quedaban en Estados Unidos para despedirme de ‘mis madres’. Solo pude quedar con algunas –a otras tuve que decirles ‘Hasta pronto’ por teléfono–, pero todas me agradecieron el apoyo que les brindé cuando atravesaron los momentos más difíciles de sus vidas, cuando se plantearon el aborto.

Mientras escribo estas líneas, me vienen a la mente los rostros de todas estas mujeres, sus historias personales, sus lágrimas, pero también sus sonrisas. Quizá recordéis a ">https://www.arguments.es/culturadelavida/diario-desde-nyc-ii-sarah/">Sarah –nombre ficticio para preservar su identidad–. A ella le tengo especial cariño pues, además de ser una de las chicas más jóvenes que atendí, su niña se convirtió en mi primera ‘ahijada’. Cuando vino a vernos, con intención de abortar, estaba de 22 semanas. Hoy ya está de 8 meses y tiene una tripa grande y preciosa. Unos días después de hablar con ella, Sarah me mandó un mensaje: “Hola María. He estado muy positiva últimamente. Mis seres más queridos me están apoyando y eso es lo que importa. Hay algunos que están hablando mal de mí, pero ya no me importa lo que digan. Ahora todo gira en torno a mi princesita. El viernes fui a hacerme otra ecografía y todo estaba muy bien. No para de moverse como un remolino y es la mejor sensación que he tenido nunca. La amo y todavía no la conozco”. Si bien es cierto que, después de nuestra conversación y de que decidiera continuar con el embarazo, la situación en su familia se complicó, a medida que el bebé ha ido creciendo ha terminado contando con el apoyo de toda su familia. En pocas semanas, Sarah verá la carita de un bebé que ha venido al mundo para hacerle feliz.

Otra de mis madres predilectas es ">https://www.arguments.es/culturadelavida/diario-desde-nyc-v-aleksandra/">Aleksandra. Quise darle un abrazo muy fuerte y desearle toda la suerte del mundo, antes de volver a España, pero vive a varios kilómetros de Manhattan. Es lo que tiene una ciudad como Nueva York. De ella también recibí un mensaje que guardo con mucho cariño: “Hola María. Gracias por acordarte de mí. A mí también me encantaría verte. Siempre pienso en ti y nunca me olvidaré de ti y de lo que hiciste por mí y por mi bebé”.

Aunque son muchas las historias que han terminado con un final feliz, Nueva York también ha sido escenario de decepciones. ">https://www.arguments.es/culturadelavida/diario-desde-nyc-x-lilian/">Lilian terminó abortando, pero se puso en contacto conmigo para agradecerme la ayuda prestada. Con ella –como con todas las demás– hice lo que estaba en mi mano para que se diera una oportunidad a sí misma y a su hijo. A pesar de la decisión que tomó, su mensaje me hizo ver que el apoyo y el cariño a estas mujeres es imprescindible: “No puedo dejar de agradecerte el amor y el apoyo emocional que me diste durante los momentos difíciles que pasé y de darte las gracias por la amistad que me ofreciste cuando estaba sola. ¡Feliz Día de Acción de Gracias!”.

Este texto podría haber plasmado todo lo vivido en Nueva York con una sola palabra: Gracias. Y es que, cuando rememoro las historias que viví y releo de nuevo todos estos mensajes, solo me sale dar las gracias a estas madres: por su ejemplo, por su valentía, por su coraje, por abrirme su corazón, por haberme dejado ayudarles, por haber hecho que me sienta útil.

No puedo olvidarme del staff de la asociación y de cada uno de los voluntarios. Grandes personas que me dieron una oportunidad, que me han enseñado todo lo que saben, que han sido un ejemplo diario, que me han acompañado en esta aventura. Personas con las que he compartido tres meses inolvidables. A todos ellos, mil gracias.

Gracias también a Arguments, por darme la oportunidad de poder compartir con el mundo todas mis experiencias provida, por dejarme mostrar el drama que el aborto supone en la vida de muchas mujeres.

Por supuesto, gracias mil a todos vosotros, lectores y amigos de Arguments, que me habéis acompañado desde la distancia con vuestro apoyo, vuestros mensajes, vuestros tuits. Sé de buena tinta que muchos os habéis emocionado con algunas historias, que habéis llorado, pero también sonreído. Espero que os podáis seguir emocionando, porque aún tengo muchas historias en el tintero. Aunque desde España, y a varios kilómetros de distancia de Estados Unidos, prometo seguir contando mis aventuras en la ciudad que nunca duerme. ">https://www.arguments.es/wp-content/uploads/culturadelavida/2013/12/post.jpg">