El Papa Francisco ha emprendido uno de los viajes más largos de pontificado. Ha sido su sexto viaje internacional en lo que va de año y el cuarto al continente africano. En noviembre de 2015 viajó a Kenia, República Centroafricana y Uganda, en abril de 2017 a Egipto y en marzo de 2019 Marruecos. En esta ocasión les llega el turno a Mozambique, Madagascar y Mauricio; donde Francisco quiere hablar especialmente sobre la importancia de mantener y preservar la paz, el cuidado del planeta y de la creación, y ser transmisores y portadores de esperanza. https://twitter.com/evaenlaradio/status/1170379697085190145 Aunque también ha tenido un encuentro con jóvenes en Mauricio, como el que narra a continuación Juan Vicente Boo, corresponsal de ABC en el Vaticano, queríamos centrarnos en la Vigilia en Madagascar.
"Jesús nos deja el corazón siempre inquieto, nos pone en camino y en movimiento. El discípulo de Jesús, si quiere crecer en su amistad, no puede quedar quieto, quejándose o mirándose a sí mismo. Debe moverse, debe actuar, comprometerse, seguro de que el Señor lo apoya y lo acompaña".
"En este camino de búsqueda existen espejismos que nos prometen y encantan con una felicidad aparente, rápida, fácil e inmediata, pero que al final dejan el corazón, la mirada y el alma a mitad de camino". (...) "Esta búsqueda de fe ayuda a hacer que el mundo en el que vivimos sea mejor, más evangélico". (...) "El Señor se compromete contigo dándote una felicidad que el mundo no te podrá quitar". (...) "Él está en ti, Él está contigo y nunca se va. Por más que te alejes, allí está el Resucitado, llamándote y esperándote para volver a empezar» y confiarte una misión".
"El Señor nos llama por nuestros nombres y nos dice: ¡Sígueme! No para hacernos correr detrás de espejismos, sino para transformarnos a cada uno en discípulos-misioneros aquí y ahora. Él es el primero en desmentir todas las voces que buscan adormeceros, domesticaros, anestesiaros o silenciaros para que no busquéis nuevos horizontes. Con Jesús siempre hay nuevos horizontes".
"El Señor es el primero en confiar en ustedes y les invita a que también confíen en ellos mismos, en sus habilidades y capacidades, que son muchas. Les invita a animarlos, unidos a Él para escribir la página más hermosa de vuestras vidas, a superar la apatía y a ofrecer, una respuesta cristiana a los múltiples problemas que tenéis que enfrentar".
"El encuentro personal con Jesús es irremplazable, pero no en solitario sino en comunidad. Es cierto que solos podemos hacer cosas grandes, sí; pero juntos podemos soñar y comprometernos con cosas inimaginables”. (...) "En comunidad podemos aprender a presenciar los pequeños milagros cotidianos, así como los testimonios de lo hermoso que es seguir y amar a Jesús".
"Siempre me impactó la fuerza del “sí” de María joven. La fuerza de ese “hágase según tu palabra” que le dijo al ángel. Fue algo distinto a un “sí” como diciendo: “bueno, vamos a probar a ver qué pasa”. María no conocía la expresión: “Vamos a ver qué pasa”. Dijo “sí”, sin vueltas. Fue el “sí” de quien quiere comprometerse y arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saberse portador de una promesa".
"Que la luz de la esperanza no se apague. Nuestra Madre mira a este pueblo de jóvenes que ella ama, que también la busca haciendo silencio en el corazón, aunque en el camino haya mucho ruido, conversaciones y distracciones; y le implora para que no se apague la esperanza".
