Daniel Ibáñez ha tenido la fortuna de acudir a la JMJ que se celebró en Panamá del 22 al 27 de enero. Allí estuvo trabajando como fotógrafo y tuvo la oportunidad de regalarnos algunas de las mejores instantáneas de esta fiesta de jóvenes. En su cuenta de Instagram puedes ver algunas de ellas. Destacamos esta imagen, ya que ha sido una de las que más se ha compartido durante la Jornada, con un alcance de 8.850, y más de 1.000 me gustas. Además, según nos ha detallado él mismo, el protagonista de la fotografía le escribió para pedírsela de alta calidad. Y esto no deja de ser una prueba más de que las redes sociales, bien utilizadas, sirven para unir a las personas y propiciar encuentros entre ellas. https://www.instagram.com/p/BtHgQLbnVCE/?utm_source=ig_share_sheet&igshid=118dgk9sdzhab
La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es una fiesta religiosa organizada por la Iglesia Católica para el público juvenil. Fue el Papa San Juan Pablo II quien en 1984 inauguró la primera en la Ciudad del Vaticano. Desde ese año, los jóvenes se reúnen anualmente en cada diócesis del mundo el día del Domingo de Ramos o de Palmas, con una ceremonia principal en el Vaticano. Cada 2 o 3 años se realiza en una ciudad distinta, a la que todos los jóvenes del mundo están llamados a acudir para reunirse con el Papa. Este encuentro dura varios días y en 2019 ha tenido lugar hace tan solo uno par de semanas en Panamá.
Entre los días 22 y 27 de enero, 800.000 jóvenes de todo el mundo tomaron la ciudad para encontrar al Vicario de Cristo en la Tierra. Muchos de ellos eran de América, pero también hubo presencia de jóvenes de los 5 continentes.
Ir a una JMJ es para mí acoger el llamado del Papa, ir a una ciudad y dar testimonio. Como el mismo Jesucristo mandó a sus discípulos “Id y anunciad”. Pienso personalmente que cada JMJ es un evento irrepetible. En cada una de ellas el Papa tiene un mensaje muy especial para los jóvenes, que te toca el corazón.
Me animó mucho una frase durante el primer viaje apostólico del Papa Francisco, que curiosamente fue durante su viaje a Brasil en 2013 y en mi segunda JMJ. Allí el Papa nos invitó a levantarnos del sofá para construir un mundo mejor. Estas palabras me recuerdan mucho a unas del filosofo francés, Paul Claudel, cuando dice: "La juventud no está hecha para el placer, sino para el heroísmo." Y es en este llamado a hacer cosas grandes dónde se puede vivir en la dimensión del hoy.
Hace unos días el Papa nos dijo esta precioso mensaje:
“Porque ustedes, queridos jóvenes, no son el futuro. Nos gusta decir que son el futuro, no. Son el presente, ustedes jóvenes son el ahora de Dios. Él los convoca y los llama en sus comunidades, los llama en sus ciudades para ir en búsqueda de sus abuelos, de sus mayores; a ponerse de pie y junto a ellos tomar la palabra y poner en acto el sueño con el que el Señor los soñó.
No mañana, ahora, porque allí, ahora, donde esté su tesoro allí estará también su corazón (cf. Mt 6,21); y aquello que los enamore conquistará no solo vuestra imaginación, sino que lo afectará todo. Será lo que los haga levantarse por la mañana y los impulse en las horas de cansancio, lo que les rompa el corazón y lo que les haga llenarse de asombro, de alegría y de gratitud. Sientan que tienen una misión y enamórense, que eso lo decidirá todo. Podremos tener todo, pero queridos jóvenes, si falta la pasión del amor, faltará todo. La pasión del amor hoy y dejemos que el Señor nos enamore y nos lleve hasta el mañana”.
Bajo este llamado del Vicario de Cristo en la tierra estamos llamados a anunciar, sí, a dar gratis aquello que hemos recibido gratis, que es al fin y al cabo el anuncio del Evangelio.
