Se clausuró el Sínodo de los jóvenes. Pero esto no ha sido el fin, sino un punto y seguido. Ahora podemos decir que comienza realmente el Sínodo de los jóvenes. Es el momento de la verdad, de hacerlo vida. La Iglesia quiere tener una nueva actitud más activa y acogedora hacia los jóvenes, que no son el futuro, sino el presente. https://www.youtube.com/watch?v=XDbjgLMxWK4
El documento final del Sínodo de los jóvenes tiene una extensión de 60 páginas, divididas en tres partes y ordenadas en doce capítulos. Así ha concluido la XV Asamblea general ordinaria del Sínodo de los Obispos sobre “">http://www.synod2018.va/content/synod2018/es.html">los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”. El texto fue aprobado por los dos tercios del Aula, el 27 de octubre. Las conclusiones del Sínodo fueron entregadas en mano al Papa Francisco y publicadas posteriormente, aunque de momento el documento solo está disponible en italiano. El hilo conductor del documento final es la escena de los discípulos de Emaús, narrado por el evangelista San Lucas. <a href="https://www.youtube.com/watch?v=pdOPywOPFdg[/embed]">https://www.youtube.com/watch?v=pdOPywOPFdg
Para que no te pierdas entre las páginas del documento final, aquí tienes condensado el "abc" del Sínodo de los jóvenes para ir poniéndolo en práctica. Te dejamos las 16 conclusiones e ideas más importantes que en él se van desarrollando:
Los Padres Sinodales han escrito una carta a los jóvenes del mundo. Fue leída al finalizar la misa de clausura del Sínodo de los Obispos: "Que nuestras debilidades no os desanimen, y los pecados no sean la causa de perder vuestra confianza. La Iglesia y el mundo necesitan urgentemente vuestro entusiasmo". https://www.youtube.com/watch?v=zxba6vnF2qk
"Nos dirigimos a vosotros, jóvenes del mundo, nosotros como padres sinodales, con una palabra de esperanza, de confianza, de consuelo. En estos días hemos estado reunidos para escuchar la voz de Jesús, “el Cristo eternamente joven” y reconocer en Él vuestras muchas voces, vuestros gritos de alegría, los lamentos, los silencios. Conocemos vuestras búsquedas interiores, vuestras alegrías y esperanzas, los dolores y las angustias que os inquietan. Deseamos que ahora podáis escuchar una palabra nuestra: queremos ayudaros en vuestras alegrías para que vuestras esperanzas se transformen en ideales. Estamos seguro que estáis dispuestos a entregaros con vuestras ganas de vivir para que vuestros sueños se hagan realidad en vuestra existencia y en la historia humana. Que nuestras debilidades no os desanimen, que la fragilidad y los pecados no sean la causa de perder vuestra confianza. La Iglesia es vuestra madre, no os abandona y está dispuesta a acompañaros por caminos nuevos, por las alturas donde el viento del Espíritu sopla con leyómás fuerza, haciendo desaparecer las nieblas de la indiferencia, de la superficialidad, del desánimo. Cuando el mundo, que Dios ha amado tanto hasta darle a su Hijo Jesús, se fija en las cosas, en el éxito inmediato, en el placer y aplasta a los más débiles, vosotros debéis ayudarle a levantar la mirada hacia el amor, la belleza, la verdad, la justicia. Durante un mes hemos caminado juntamente con algunos de vosotros y con muchos otros unidos por la oración y el afecto. Deseamos continuar ahora el camino en cada lugar de la tierra donde el Señor Jesús nos envía como discípulos misioneros. La Iglesia y el mundo tienen necesidad urgente de vuestro entusiasmo. Hacéos compañeros de camino de los más débiles, de los pobres, de los heridos por la vida. Sois el presente, sed el futuro más luminoso".