Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
- Inicio
- 1. La mediación de Cristo
- Síntesis
- 1. Existencia y naturaleza de la mediación en Cristo
- 2. Los tria munera Christi o las tres ministerios del Mediador
- 3. El ministerio regio o pastoral de Cristo
- 4. Índole y ejercicio de la realeza de Cristo
- 5. Cristo, supremo legislador y juez
- 6. El ministerio profético de Cristo
- 7. El Magisterio de Cristo
- 2. El ministerio sacerdotal de
Cristo
1. Existencia y naturaleza de la mediación en Cristo

El mismo Cristo se ha presentado como único mediador entre los hombres y Dios: nadie va al Padre sino por mí (Jn14, 6). Jesús, por tanto, no es solamente el Pontífice (el que construye el puente entre Dios y los hombres), sino que El mismo es este puente. Él no sólo es camino, sino punto de llegada; Él no es sólo el camino a la nueva vida, sino que Él mismo es nuestra nueva vida; Él no es solamente el Maestro que nos enseña la verdad, sino que es la verdad misma: Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 6).
Que Jesús es el único mediador entre Dios y los hombres. Esto no supone que no haya otros mediadores subordinados a Él. En efecto, los ángeles, los santos y, por encima de todos, la Santísima Virgen María, cooperan con Cristo en llevar a los hombres a la unión con Dios. Cualquier cristiano, además, puede y debe ser mediador entre Dios y los otros hombres, porque todos los cristianos están llamados a la identificación con Cristo Redentor. Por eso, cada cristiano puede y debe cooperar con Cristo en su obra de unir a los hombres con Dios.
Jesucristo es mediador entre Dios y los hombres porque El es Dios y Hombre. Es mediador por su Humanidad. No es su divinidad, sino su naturaleza humana -porque está unida a Dios en la Persona del Verbo- la que está en medio, como puente de unión entre Dios y los hombres. La mediación de Cristo se realiza, pues, por sus acciones humanas que, por ser acciones humanas de Dios, tienen valor de salvación para los hombres.
En la mediación de Cristo hay un doble sentido: ascendente, en cuanto El ofrece a Dios la adoración, el agradecimiento, la expiación de los pecados y la oración en nombre de los hombres; y un sentido descendente, en cuanto el mismo Jesús hace llegar a los hombres todos los dones divinos, todas las gracias de la salvación.
Jesús es Rey. No viene Jesús como un nuevo Rey para un reino ya existente; Él es quien constituye su Reino. En efecto, Cristo comienza su predicación anunciando la venida del Reino de Dios (cf. Mc 1,15), y "realiza el reino de Dios” en todo el desarrollo de su misión, por lo que el Reino nace y se expande ya en el tiempo, como germen sembrado en la historia del hombre y del mundo. Esta realización del Reino se hace mediante la palabra del Evangelio y la entera vida terrena del Hijo del hombre, coronada en el misterio pascual con la Cruz y la resurrección.