Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
- Inicio
- 1. La mediación de Cristo
- Síntesis
- 1. Existencia y naturaleza de la mediación en Cristo
- 2. Los tria munera Christi o las tres ministerios del Mediador
- 3. El ministerio regio o pastoral de Cristo
- 4. Índole y ejercicio de la realeza de Cristo
- 5. Cristo, supremo legislador y juez
- 6. El ministerio profético de Cristo
- 7. El Magisterio de Cristo
- 2. El ministerio sacerdotal de
Cristo
2. Cristo, Sumo Sacerdote de la Nueva Ley y origen de todo sacerdocio

El Salmo 110 ya había descrito al Mesías como rey-sacerdote: Oráculo de Yavé a mi Señor: Siéntate a mi diestra en tanto que pongo a tus enemigos por escabel de tus pies (...) Ha jurado Yavé y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec (vv. 1 y 4). En el Nuevo Testamento se cita con frecuencia este Salmo, entendiéndolo como profecía mesiánica: cf. Mc 12,36; Mt 22,44; Lc 20,42; Hech,2,34-35; Rom 8,34; 1cor 15,27-28; Ef 1,20-22; Hb, 5, 6.10; 6, 20; 7, 1-10.
Junto al Salmo 110, con su clara profecía en torno a la naturaleza sacerdotal del Mesías, es necesario tener presente la clara afirmación en el Antiguo Testamento de que el Mesías salvaría a su pueblo mediante sus sufrimientos. En este aspecto, se destacan sobre todas las otras profecías los poemas del Siervo de Yavé (Is 42,1-7; 49,1-9; 50,4-11; 52,12-53,12), que ejercieron fuerte influencia en la descripción que el Nuevo Testamento hace del mesianismo de Jesús (cf. p.e., Mc 1,11; 10,45; Lc 22,37; 24,25-26; Hech, 3,13-18; 8,26-36; 1 Co, 15,3; 2 Co 5,21; Flp 2,7; Hb 9,28).
El sacrificio de Cristo es único. A ese sacrificio, del que sólo eran figura, remiten los sacrificios de la Antigua Alianza. También el sacerdocio de Cristo es único. Bien lo ha puesto de relieve el autor de la Carta a los Hebreos. Cristo no tiene sucesores en su sacerdocio. De igual forma que El es la única víctima, El es el único sacerdote. Todo otro sacerdocio —el sacerdocio de la Nueva Alianza— no es más que participación en ese único sacerdocio de Jesucristo, a través de la asimilación a Cristo, de la identificación con Cristo, del revestimiento de Cristo por medio de los sacramentos. Esto tiene lugar en el sacerdocio de los fieles, que se recibe en el sacramento del bautismo, y en el sacerdocio ministerial, que se recibe mediante el sacramentodel orden*.
Así pues, ni el sacerdocio de los fieles y ni el sacerdocio ministerial suceden, ni se suman al sacerdocio de Cristo, sino que son participación en ese sacerdocio. No suceden, porque el sacerdocio de Cristo es eterno, y Cristo por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo, y es, por tanto, perfecto su poder de salvar a los que por Él se acercan a Dios y siempre vive para interceder por ellos (Hb 7, 24-25). No se suman al sacerdocio de Cristo, porque no es posible sumar ni otra oblación ni otra víctima al sacrificio que ya tuvo lugar en el Calvario. Este sacrificio se renueva en la Eucaristía, sin añadir nada esencial a lo acontecido en el Calvario. Es el mismo Cristo el Sacerdote que, en la celebración eucarística, se ofrece a Sí mismo al Padre por el ministerio de los sacerdotes con inmolación incruenta **.