Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
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- 1. Cristología y teología
- 2. Cuestiones metodológicas propias de la Cristología
- 3. La salvación, don divino y aspiración humana
1. El misterio de Cristo, objeto de la cristología

El objeto de la Cristología es Nuestro Señor Jesucristo considerado en su totalidad, es decir, en la amplitud de facetas -Dios verdadero, Hombre verdadero, Mesías esperado-, con que nos lo propone la fe de la Iglesia. En los ambientes teológicos actuales, la palabra Jesús se utiliza primordialmente para designar la Humanidad del Señor como tal, es decir, el Rabbí que recorrió Palestina predicando, y que murió en la Cruz. El vocablo Jesús designa directamente la Humanidad del Señor y por eso se utiliza preferentemente para designar al Jesús "histórico". Cristo es el nombre que Jesús recibe en su calidad de Mesías. La palabra "Cristología" implica, en consecuencia, la aceptación de que Jesús es el Mesías, es decir, el Cristo.
La profesión de fe contenida en la palabra Jesucristo --que significa Jesús es el Cristo-- representa el resumen de la fe cristiana. La Cristología, por su parte, no es otra cosa que el desarrollo teológico del contenido de esta confesión de fe. Sin embargo, la Cristología no es un discurso indirecto sobre esta confesión de fe, es decir un discurso que no comprometería a la persona que estudia, sino que consiste en un esfuerzo de la razón ilustrada por la fe por repetir aquel mismo descubrimiento y aquellas mismas palabras con que los primeros discípulos se comunicaban con gozo el haberse encontrado con Cristo.
A este respecto, conviene subrayar la radical novedad que, en la historia de las religiones, implica la religión cristiana. El cristianismo es, ante todo, el seguimiento de un hombre —Jesús—, a quien se confiesa como el Mesías —el Cristo— esperado por los judíos. Un hombre a quien se adora, se ama y se escucha con la misma entrega que al Dios Creador, pues se cree firmemente que ese hombre, hijo de Adán, es al mismo tiempo el Unigénito del Padre.
El método de la Cristología es el mismo de todo tratado teológico como corresponde a “la fe que busca entender”, que eso es la Teología.