1. LOS PRIMEROS TESTIMONIOS DE LA FE DE LA IGLESIA

Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.

2. Las confesiones de fe

El bautismo de Santa Catalina (Nuremburg)

Es precisamente la profesión de fe que es necesario hacer en el bautismo y la necesidad de una catequesis previa para que esta profesión de fe se realice con conciencia explícita de lo que se celebra y de lo que se confiesa, el motivo de la redacción de los símbolos bautismales. Numerosos pasajes del Nuevo Testamento testimonian ya la existencia de fórmulas breves de fe y en más de una ocasión encontramos una explícita profesión de fe en el momento del bautismo. Se trata de una profesión de fe que se realiza, a veces, por medio de preguntas y respuestas (cf. p.e., Hech 8, 37; Rm 10, 9; Ef 1, 13; 1 Tm 6, 12; Hb 4, 14).

Estas confesiones son, a veces, sencillamente cristológicas: se confiesa a Jesús en su carácter de Salvador y Mesías; otras veces, el misterio del Hijo aparece inserto en el misterio trinitario. Ambas perspectivas —la cristológica y la trinitaria— se implican y mutuamente se atraen. Amba se necesitan.
Esto mismo aparece en los textos de la Didaché, de San Justino y de San Ireneo citados hace poco. San Ireneo habla incluso de tres artículos de nuestra fe, uniendo lo que hemos dado en llamar perspectiva cristológica y perspectiva trinitaria:

"Y he aquí la regla de nuestra fe, el fundamento del edificio y lo que da firmeza a nuestra conducta: Dios Padre, increado (...) Este es el primer artículo de nuestra fe. Y como artículo segundo: el Verbo de Dios, el Hijo de Dios, Cristo Jesús Nuestro Señor, que se apareció a los profetas según el género de su profecía y según el estado de las economías del Padre; por quien fueron hechas todas las cosas; que además, al final de los tiempos, para recapitular todas las cosas, se hizo hombre entre los hombres, visible y palpable, para destruir la muerte, hacer aparecer la vida y realizar una comunión entre Dios y el hombre. Y como tercer artículo, el Espíritu Santo por medio del cual han profetizado los profetas..." *.



* San Ireneo, Demostración de la fe apostólica, 6.