4. UNIÓN Y DISTINCIÓN ENTRE LA HUMANIDAD Y LA DIVINIDAD DE JESÚS

Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.

1. La doctrina monofisita de Eutiques

Cristo Triunfante (Rubens)

El monofisismo tiene formas diversas de manifestarse: un tipo de monofisismo considera que la naturaleza humana, al ser asumida por el Verbo, resultó absorbida por la naturaleza divina; otro tipo de monofisismo plantea la unión entre lo humano y lo divino en Cristo como si de la unión de las dos naturalezas hubiese resultado una nueva y especial naturaleza divino-humana  exclusiva de Cristo, con lo que Cristo, en lo humano, no sería igual a nosotros. La posición de Apolinar de Laodicea se suele considerar también como una variante del monofisismo ya que afirma que la unión entre lo humano y lo divino tiene lugar porque la divinidad entra en composición con el cuerpo de Cristo, desempeñando en éste las funciones del alma espiritual. El resultante es, pues, una sola naturaleza.

Ya se ha dicho que la terminología de San Cirilo no era aún muy precisa. Hay textos cirilianos en los que se aprecia un claro monofisismo verbal. Algunas de sus expresiones, que en el conjunto de su posición son claras, sacadas fuera de su contexto podían entenderse en forma monofisita. Esto fue lo que hizo Eutiques.

El monofisismo que tiene delante el Concilio de CaLcedonia es el de Eutiques (+ 454). Su monofisimo es del primer tipo señalado, es decir, afirma que Cristo es una Persona de dos naturalezas (ex duobus naturis), pero que por la unión que hay entre ambas ya no subsiste in duobus naturis, sino una sola naturaleza. La naturaleza humana habría quedado absorbida en la divina.

Es necesario tener presente que el término monofisismo sólo muy tarde ha pasado a designar la doctrina típicamente condenada por el Concilio de CaLcedonia. Antes la afirmación de una naturaleza sola en Cristo podía implicar una doctrina herética o una doctrina compatible con la fe cristiana imperfectamente expresada. Mucho depende de cómo se entienda al término physis. Eutiques no advirtió que el término physis de San Cirilo tenía en Antioquía una connotación diversa: mientras en San Cirilo designaba el sujeto concreto, para los antioquenos designaba directamente a la naturaleza. San Cirilo decía a veces que, a partir de la Encarnación, había una sola physis, es decir, una sola realidad personal en Cristo. Eutiques lo repitió literalmente, entendiendo que antes de la Encarnación había dos naturalezas, la divina y la humana y que después de la Encarnación quedaba en Cristo sólo la naturaleza divina, pues la humanidad habría sido absorbida por la divinidad. Su pensamiento se sintetiza en esta frase, que repite incansablemente: “Yo confieso que antes de la unión Nuestro Señor era de dos naturalezas, pero después de la unión, no hay más que una naturaleza” *.

Una sola naturaleza después de la unión. He aquí toda la cristología de Eutiques. La consecuencia es obvia: la carne de Cristo ya no es consustancial a la nuestra, sino que ha sido transformada en algo distinto. San León Magno prestará especial atención a esta consecuencia, que le parece especialmente grave en el terreno soteriológico.

* Cfl l  E. Schward, ACO II, 1, 1, p. 145. Comenta P. Th. Camelot: “Una sola naturaleza después de la unión, he aquí toda la teología de Eutiques. Para el archimandrita, hablar de dos naturalezas, es negar el dogma de la unidad de Cristo; es ser nestoriano; es incapaz de comprender que estas palabras tienen un sentido perfectamete ortodoxo, y que la realidad de las dos naturalezas es también el fundamento de nuestra fe y de nuestra salvación” (Cfl l  P.Camelot Th.  Éfeso y CaLcedonia, cit., 95).