3. EL DEBATE EN TORNO A LA UNIDAD DE LA PERSONA DE CRISTO

Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.

2. Santa María, Madre de Dios

La Natividad (Barocci)

En consecuencia, y es lo que más se recuerda del Concilio de Éfeso, es necesario decir que Santa María es Madre de Dios, Theotokos. La segunda Carta de San Cirilo a Nestorio, que aclama el Concilio de Éfeso, deja bien claro el sentido en que se ha dicho esto por los Santos Padres. Desde la Mariología se reafirman así verdades cristológicas fundamentales.

Santa María es Madre de Dios en sentido estricto, porque las relaciones de maternidad y filiación son relaciones de la Persona y no de las naturalezas. Y es la Persona del Verbo, en su naturaleza humana, la que recibe una nueva generación y un nuevo nacimiento de Santa María.

Existen, pues, en el Verbo dos filiaciones naturales: filiación natural al Padre, del cual es Hijo en cuanto a su naturaleza divina; filiación natural a su Madre, de la cual es Hijo en cuanto a su naturaleza humana.