Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
- Inicio
- 1. Los primeros testimonios de la fe de la Iglesia
- 2. Las herejías trinitarias y la reafirmación de la fe de la Iglesia en la divinidad de Cristo
- 3. El debate en torno a la unidad de la persona de Cristo
- 4. Unión y distinción entre la humanidad y la divinidad de Jesús
- 5. Voluntad divina y voluntad humana de Cristo
Síntesis del contenido
La afirmación de la divinidad de Cristo trajo consigo inevitablemente la cuestión trinitaria de la que esta afirmación es inseparable. En efecto, se hacía imprescindible mostrar cómo se ha de entender esta divinidad dentro de la unicidad de Dios y en qué consiste su relación filial al Padre, es decir, cuál es su posición en el seno de la Trinidad. Esta cuestión es el centro del gran debate teológico del siglo IV, que tuvo su punto culminante en el Concilio de Nicea (a. 325).
La divinidad del Verbo y su relación filial al Padre se estudian en el tratado de Dios. De ahí que aquí se trate brevemente este tema con el fin de no dejar incompleta la consideración del misterio de Cristo y como introducción necesaria al estudio de lo que constituye propiamente la cuestión cristológica: la unidad de persona y la dualidad de naturalezas en Cristo.
Comenzamos con el análisis de las dos formas principales de herejías trinitarias: negar que exista en Dios pluralidad de personas (monarquianismo) o decir que las personas del Hijo y del Espíritu están subordinadas al Padre, es decir, le son inferiores, lo cual equivale a negar que sean Dios (subordinacionismo).