Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
- Inicio
- 1. Los primeros testimonios de la fe de la Iglesia
- 2. Las herejías trinitarias y la reafirmación de la fe de la Iglesia en la divinidad de Cristo
- 3. El debate en torno a la unidad de la persona de Cristo
- 4. Unión y distinción entre la humanidad y la divinidad de Jesús
- 5. Voluntad divina y voluntad humana de Cristo
6. Ireneo de Lyón
Frente a las sectas gnósticas, Ireneo recaLca la unidad de la economía de la salvación, entre otras cosas, mostrando cómo Jesús, nuevo Adán, recapitula en sí mismo esta historia y toda la creación: recapitula la historia humana en los acontecimientos de su propia vida, y recapitula también todo el universo, porque Él en cuanto Verbo le da consistencia a todo y todo tiende hacia Él.
He aquí un ejemplo entre los muchos que se pueden citar. Uno referido a cómo con su encarnación, el Verbo recapitula la creación del primer Adán:
"¿De dónde viene, pues, la sustancia de la primera criatura? De la voluntad y de la sabiduría de Dios y de una tierra virgen, pues, como dice la Escritura, Dios no había hecho llover antes de que el hombre fuese hecho y no había nadie para trabajar la tierra (Gn 2, 5). Así pues, fue de esta tierra, cuando aún era virgen, que Dios tomó barro e hizo al hombre, comienzo de nuestra humanidad. En consecuencia, el Señor, recapitulando en sí mismo a este hombre, asume la misma economía de la corporalidad que él naciendo de una Virgen según la voluntad y la sabiduría de Dios, a fin de mostrar también El la identidad de su corporalidad con relación a Adán y convertirse en aquel que se había descrito al principio como imagen y semejanza de Dios" *.
Ireneo se mueve en la teología de los dos adanes expresada con tanta fuerza en Rm 5, 12-19. También los hechos históricos son recapitulados por Cristo: el nuevo Adán borra con su obediencia la desobediencia del primer Adán. Ireneo extiende aquí esta recapitulación hasta el modo mismo de la concepción de Jesús: su cuerpo es modelado de su Madre, que es tierra virgen. También extenderá este paralelismo hasta Santa María a la que califica de nueva Eva. Jesús recapitula en sí todo el universo.