Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
- Inicio
- 1. Infancia y vida oculta de Jesús
- 2. La vida pública de Jesús
- 3. La muerte de Jesús
- 4. La muerte de Jesús
- 5. La pasión y muerte de Cristo
como oblación sacrificial - 6. La eficacia de la muerte de
Cristo
3. Cristo y la totalidad de la santificación de la vida humana

De ahí que los años de la vida oculta de Cristo no sean una simple “preparación” para su ministerio público, sino auténticos actos redentores, orientados hacia la consumación del Misterio Pascual: "Con el anonadamiento, con la sencillez, con la obediencia: con la divinización de la vida corriente y vulgar de las criaturas, el Hijo de Dios fue vencedor"*. El Verbo eterno, asumiendo no sólo la naturaleza humana, sino también una vida ordinaria, ha redimido y santificado todas las realidades nobles de las que está entretejida la vida común de los hombres: vida de familia y relaciones sociales, juegos de niño y trabajos de adulto, fatiga y reposo... En estos años de vida oculta, Jesús nos dio ejemplo, pero también estaba realizando nuestra redención, mediante su amor y obediencia presentes en cada una de sus obras ofrecidas al Padre como ofrenda por los pecados del mundo.
Parecida consideración hay que hacer con respecto a las demás circunstancias de la vida oculta del Señor y, más en concreto, a la vida de familia, que encuentra en Cristo su pleno sentido divino y a la vida de trabajo.