Extraído de: Mateo Seco, Lucas F. y Domingo, Francisco. Cristología. Instituto Superior de Ciencias Religiosas. Universidad de Navarra, 2004.
- Inicio
- 1. Infancia y vida oculta de Jesús
- 2. La vida pública de Jesús
- 3. La muerte de Jesús
- 4. La muerte de Jesús
- 5. La pasión y muerte de Cristo
como oblación sacrificial - 6. La eficacia de la muerte de
Cristo
3. La doctrina del Nuevo Testamento

Además de las referencias a estos tres sacrificios del Antiguo Testamento, en el Nuevo también se encuentran numerosas afirmaciones en torno a la muerte de Cristo como sacrificio sin que estén referidas a las tres clases de sacrificio que hemos mencionado. Más aún, todo el Nuevo Testamento está permeado por el sentido de entrega que tienen la vida y la muerte de Cristo. Así aparece con notable fuerza en los cantos del Siervo de Yahvé, cuyo eco se encuentra, p.e., en el himno de Filipenses (Flp 2, 5-11). Jesús se anonada hasta la muerte por obediencia, porque ha recibido del Padre el mandato de dar la vida por sus ovejas (cf. Jn 10, 18; 14, 31). San Pablo insiste en que Jesús da la vida por amor a nosotros: Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella (Ef 5, 25); Cristo murió por todos cuando todos estaban muertos (2 Co 5, 4); uno murió por todos (cf. p.e., Rm 5, 6. 8; 8, 32; 14, 15; 1 Co 11, 24; Ga 2, 20;1 Tm 2, 6; Tt 2, 14). Esta entrega por nosotros no significa otra cosa sino que Cristo nos amó y se entregó por nosotros en oblación y sacrificio de suave olor (Ef 5, 2). En Hebreos, la muerte de Cristo, más valiosa que todos los sacrificios, sustituye a todos ellos y es suficiente ella sola para purificar las conciencias de todos los hombres (cf. Hb 9, 11-28).
La claridad y la frecuencia con que el Nuevo Testamento hace uso del esquema y del lenguaje sacrificial a la hora de hablar de la muerte de Cristo pone de relieve que no está utilizando este lenguaje en sentido metafórico, sino real. De hecho así aparece ya claramente insinuado en el Antiguo Testamento al presentar al Mesías como Salvador del pueblo precisamente mediante sus sufrimientos.